Desde este jueves hasta el domingo a las 12, cuando empiece a rodar el balón en el estadio Lusail de Qatar para definir al campeón del Mundial entre Argentina y Francia, miles de palabras se dirán en una larga previa al encuentro que determinará al dueño de la Copa más deseada del planeta. Pero ninguna será tan provocadora y tal vez decisiva como las que pronunció la figura gala, Kylian Mbappé, a finales de mayo, cuando lo consultaron por los favoritos para el torneo.
“La ventaja que tenemos en Europa por sobre Argentina y Brasil es que aquí siempre jugamos partidos de alto nivel. Ahora comienza la Liga de las Naciones, por ejemplo, y, cuando lleguemos a la Copa del Mundo, estaremos a punto. Argentina y Brasil en este aspecto no tienen eso. En Sudamérica, el fútbol no está tan avanzado como en Europa. Por eso, cuando mirás las últimas Copas del Mundo, siempre son los europeos los que ganan”, disparó hace siete meses, sin pensar tal vez que se iba a encontrar frente a frente contra uno de esos dos equipos sudamericanos que acumulan siete títulos mundiales y cuatro subcampeonatos.
En los planteles del fútbol argentino suele suceder que -ante una declaración de ese talante- aparecen en los vestuarios del equipo “disminuido” o “subestimado” recortes de los diarios con lasa provocadoras palabras para motivar a los jugadores antes de salir a la cancha.
La oportunidad de consagrarse campeones del mundo seguramente es suficiente combustible para que Lionel Messi y compañía salgan a “comerse la cancha” el próximo domingo. Pero tampoco hay dudas que las ya viejas palabras de Mbappé recorrerán los celulares de los integrantes de la “Scaloneta”, como sucedió con las del DT neerlandés Louis van Gaal antes del caliente duelo contra Países Bajos por los cuartos de final.