Por encima de los logros profesionales y periodísticos, fue honesto con su vocación y profesión, pagando muchas veces un precio muy alto por serlo, en un país donde la degradación no excluye a algunos periodistas.
Somos seres en constante construcción. Vos, en cambio, ya llegaste; pusiste sello a la pasión de vivir; te hiciste un nombre. Nosotros todavía tenemos esa deuda.
El análisis periodístico era en él una constante. Su argumentación quedaba atada a las formas de una dialéctica rapidizada por un pensamiento fluyente y siempre fundamentado en hechos de la realidad y en lecturas maduradas, de tal guisa que lo ideológico nunca era una interferencia en su conversación.