Aunque no se cumplió su pronóstico de que iban a detenerlo el martes pasado, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump subió la apuesta con sus predicciones y ahora advirtió de la “potencial muerte y destrucción” que habría en el país si finalmente es imputado por la Fiscalía de Nueva York por el presunto soborno a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio antes de las elecciones 2016 que lo llevaron a la Casa Blanca.
“¿Qué tipo de persona puede acusar a otra, en este caso un expresidente de Estados Unidos (…) con un crimen, cuando todos saben que NO se ha cometido ningún delito, y también saben que la muerte y destrucción potenciales en un cargo tan falso podrían ser catastróficos para nuestro país?”, publicó este viernes en su red social Truth Social el magnate republicano, en alusión a Alvin Bragg, fiscal del distrito de Manhattan, a quien tachó de “psicópata degenerado que realmente odia Estados Unidos”.
En su publicación, Trump insistió en varias ideas repetidas una y otra vez desde que abandonó el poder, como que tuvo más votos que cualquier Presidente en toda la historia, por más que haya sido superado en 2020 por el demócrata Joe Biden, a quien niega la legitimidad electoral.
El escándalo por el posible pago secreto de 130.000 dólares a Stormy Daniels para que callara sobre una presunta relación extramatrimonial con Trump podría desembocar en la acusación e incluso detención del expresidente, quien sería el primer exmandatario en enfrentarse a cargos incriminatorios, que a su vez tumbarían sus aspiraciones de retornar a la Casa Blanca en 2024.
Ya la semana pasada, el exmandatario alertó de su detención inminente e incluso fijó su posible arresto para el martes, algo que finalmente no ocurrió.
Bragg, que fue quien inició el caso y pidió al gran jurado que estudie si sigue adelante con la instrucción, declinó hacer cualquier declaración al respecto.
No obstante, la pasada semana su oficina emitió un comunicado en el que decía que continuará “aplicando la ley con equidad y justicia”, y que hablaría solo “cuando sea apropiado”.
“No toleraremos intentos de intimidar a nuestra oficina o de amenazar el imperio de la ley en Nueva York”, rezaba la nota.