Mientras buena parte de los ojos del planeta seguían la emoción del fútbol en el Mundial de Qatar, el emirato cerraba un pacto clave con Alemania que nada tenía que ver con el deporte.
El acuerdo por quince años, firmado el 29 de noviembre, contempla el envío de hasta 2 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL) qatarí a la potencia europea a partir de 2026.
Esa fue una de las últimas señales de que, pese a las críticas que surgieron desde Alemania y sus vecinos a la organización del Mundial en Qatar por su historial en derechos de las mujeres, grupos LGBTQ+ y trabajadores inmigrantes, los vínculos de este país con Europa van mucho más allá del fútbol e inciden en la vida de millones de personas.