Tras intensas negociaciones que no terminaron en unanimidad, la Unión Europea (UE) arribó este lunes a un acuerdo para fijar en 180 euros por megavatio-hora (MWh) el precio máximo del gas, insumo vital para la industria y los hogares ante el invierno que se avecina en el hemisferio norte y cuya provisión se ha complicado en el continente desde la invasión rusa a Ucrania en febrero de este año.
El límite al previo del gas fue adoptado por el bloque continental tras varias semanas de debates, pero solo se activará cuando el nivel de precios sea al menos 35 euros superior al precio medio internacional del gas natural licuado (GNL) durante al menos tres días, según el comunicado de Bruselas.
El contrato de gas para entrega dentro de un mes cotizaba este lunes en el TTF (el mercado de referencia del gas) a unos 110 euros/MWh. El TTF es de facto la bolsa de gas de la UE y su precio se utiliza como referencia para la mayoría de las transacciones en el continente.
Hungría y Alemania lideraron a los nueve estados que votaron en contra de la medida, según anunció el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó. Pero como el resto de los países que los siguieron son muy poco poblados, no pudieron “constituir la minoría necesaria para bloquear” la imposición de un tope al precio del gas.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ya había advertido ante la idea de restringir los precios de los agentes energéticos rusos que el Kremlin no suministrará nada al exterior si eso contradice sus intereses.
Por su parte, el embajador para misiones especiales del ministerio de Exteriores de Rusia, Yuri Sentiurin, declaró que el establecimiento de un límite al precio del gas importado se contradice con las leyes del mercado y acabará por desestabilizarlo.