El Gobierno de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha endurecido la política de seguridad para hacer frente a las pandillas en el país, medidas que a menudo se comparan con las muy polémicas aplicadas por el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele.
Además, Castro, replicando el estilo de Bukele, ordenó el inicio de la “Operación Candado Valle de Sula”, dirigida por el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez. Con ello, la mandataria dispuso múltiples operativos, allanamientos, capturas y retenes. Aparte de ello, la presidenta anunció una recompensa de 800.000 lempiras (32.364 dólares) para quienes faciliten las capturas de asesinos involucrados en las masacres de Choloma y San Pedro Sula.
Parte del país, concretamente 123 de los 298 municipios, está bajo un estado de excepción desde el 6 de diciembre del año pasado para combatir a las pandillas. La medida ha sido prorrogada en varias ocasiones, la última de ellas el pasado 21 de mayo, cuando se extendió por 45 días más, hasta el 5 de julio.