La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, rechazó la llegada de miembros del Ejército a Rosario, a través de su Compañía de Ingenieros, en la urbanización de villas para combatir la expansión del narcotráfico en esa ciudad santafesina.
“Las Fuerzas Armadas tienen que estar en otro lado, no pueden estar en un pueblo que está lleno de problemas; las de seguridad, sí. [Los militares] Tienen que estar en su lugar, en los cuarteles, para otras cosas y bien preparaditos”, afirmó en declaraciones a radio 10. Y agregó: “Pero la defensa la tiene que hacer otro grupo de gente que tenga el poder y que no sean ellos [las Fuerzas Armadas] sino otras fuerzas de seguridad”.
En primera instancia, la referente en la defensa de los DDHH se había manifestado a favor de la medida adoptada por el presidente Alberto Fernández.
“Las FFAA, bien dirigidas, que no van allá para matar, supongo”, señaló en diálogo con El Destape.
“¿De qué otra manera [podría ser], gente del pueblo manejando arma contra arma? ¡No! Yo creo que las FFAA, algunas, van sin armas para condicionar a los revoltosos o a los que quieren pasar por un barrio, balear a toda la población y si muere alguien no les importa, es una rutina escandalosa”, analizó.
“Las FFAA no son enemigas, lo fueron en un momento cuando hicieron los golpes de Estado, sobre todo el último. Tienen que estar a disposición de la preservación de la democracia y de las personas”, agregó.
Sin embargo, horas después en una entrevista con Futurock, cambió de opinión y pidió disculpas: “Me equivoqué terrible, estoy cansada y vieja (risas) pero el Ejército no tiene que estar, las Fuerzas Armadas están para otra cosa, no puede estar los que en otra época mataron a nuestros hijos y, que si bien ahora, son otros, tienen que estar en otras cosas, no en la calle: para eso está otra fuerza que es la policía”, sentenció.
“Yo me equivoqué tanto, hablé con Navarro y me equivoqué. ¿Cómo dije que tiene que estar el Ejercito?”, se preguntó la referente de los DDHH en Radio 10. Y completó: “A mis 92 años, si me equivoco, me tienen que disculpar”.