Sentenciaron a la empresa a pagarle 13.845 pesos a un joven que perdió su perro porque el canil en el que lo llevaban a España tenía fallas de seguridad y la mascota se escapó.
La ahora estatizada Aerolíneas Argentinas tendrá que pagar 13.845 pesos a un joven que el 13 de abril de 2003 quiso viajar con su perro a radicarse en España pero la mascota se escapó en plena pista de vuelo porque el canil donde lo habían colocado tenía fallas de seguridad.
La condena recayó sobre la empresa por incumplir su “deber de custodia”, pese a que el habitáculo había sido provisto por el dueño del animal.
“El vínculo entre las personas y sus mascotas es misterioso. Revela la grandeza del espíritu del hombre y, al mismo tiempo, hace dudar sobre las limitaciones que la ciencia les atribuye a los animales ‘cosificándolos’. Es digno de protección en sí mismo, sin contar el amparo legal de que gozan aquéllos”, filosofaron sobre la pérdida irreversible de “Reo” los camaristas Ricardo Recondo -electo para el Consejo de la Magistratura- y sus compañeros de sala Graciela Medina y Guillermo Antelo.
“En materia de transporte, los animales a los que está unido el pasajero no pueden considerarse en modo alguno como meros objetos reemplazables por otro cualquiera de su misma especie”, advirtieron en la sentencia a la que accedió Gaceta Mercantil.
Además cuando se perdió su mascota, el pasajero tenía 19 años y había cuidado de Reo durante casi cinco años “integrándose a la familia como un animal de compañía receptor del afecto de todos hasta el punto de malcriarlo”, se conmovieron los magistrados, quienes seguramente deben tener algún pichicho en casa y se sintieron identificados.
A la hora de la ley, dieron por probado que el perro mestizo -cruza de ovejero alemán y siberiano- abrió el canil antes de ser subido al avión porque el receptáculo tenía serias fallas de seguridad que no fueron detectadas por los empleados especializados de la aerolínea.
Reo fue buscado de inmediato por su dueño, que bajó del avión y personal de la empresa pero asustado por los ruidos y la situación escapó. Durante dos días, el adolescente deambuló por Ezeiza para dar con él y luego embarcó rumbo a España.
La entonces privada Aerolíneas “no adoptó las medidas necesarias, sea porque no examinó adecuadamente el estado del animal ni las condiciones de seguridad del habitáculo provisto por el pasajero antes del embarque, sea porque no cumplió con su deber de custodia después de ese momento”.