La candidata presidencial del PT dice que la integración sudamericana será la principal prioridad de su política externa si gana las elecciones de octubre.
En este esquema de fortalecimiento de las relaciones
regionales, se plantea que el futuro gobierno tendrá entre los
principales desafíos sacar al Mercosur de su actual “parálisis
institucional” y consolidar la Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur).
El proceso de integración continental fue apuntado como
prioridad por el canciller Celso Amorim y por el asesor para
Asuntos Exteriores del actual presidente brasileño Luiz Inácio
Lula da Silva, Marco Aurelio García, publicó hoy el diario local
Folha de Sao Paulo.
Según Amorim, la unión de los países latinoamericanos está
considerada tanto por Lula como por Rousseff como un instrumento
esencial para aumentar el peso de la región en el escenario
global.
“Brasil es un país grande, destinado a tener una fuerte
presencia en el mundo. Pero, en términos económico-comerciales,
los grandes temas del siglo XXI involucrarán a grandes bloques.
América Latina o, al menos, Sudamérica, puede ser un bloque con
mucho peso”, dijo Amorim, en declaraciones publicadas hoy por el
matutino.
El canciller agregó que los principales desafíos de la
política externa brasileña en el futuro gobierno serán los de
sacar al Mercosur de su actual “parálisis institucional” y
consolidar la Unasur.
Los sondeos preelectorales son unánimes en prever que
Rousseff será elegida presidenta en la primera vuelta de los
próximos comicios, el 3 de octubre próximo.
Una encuesta divulgada el sábado por IBOPE reveló que la
candidata de Lula tiene hoy un 51 por ciento de las intenciones de
voto, con 24 puntos de ventaja sobre su principal rival en la
disputa, el ex gobernador de San Pablo, José Serra, del opositor
Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).