La vicepresidenta Cristina Kirchner aseguró hoy que va a “hacer lo que tenga que hacer” cuando los asistentes al plenario de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Pilar al que fue invitada comenzaron a gritar “Cristina Presidenta”, en su primera aparición pública tras el intento de magnicidio en su contra el pasado 1° de septiembre.
“Voy a hacer lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo pueda organizarse en un proyecto de país que vuelva a recuperar la ilusión, fuerza y alegría de nuestra gente”, exclamó en el final de su discurso, en el mensaje más fuerte hacia la interna que mantiene con el presidente Alberto Fernández en el seno del Frente de Todos “(FdT)
“Volvamos a recuperar esa alegría que tuvimos alguna vez, la alegría de que el sueldo alcanzaba”, agregó en medio de una nueva tensión con el jefe de Estado, esta vez por la realización o no de las elecciones PASO, que el primer mandatario pretende realizar y hasta utilizar para dirimir candidaturas en el oficialismo mientras que CFK ve con buenos ojos su eliminación.
Justamente, la exmandataria se refirió a sus críticas hacia el interior del Gobierno: “Quiero ser sincera frente a mis compañeros y compañeras trabajadoras: los editorialistas hablan del experimento del Frente de Todos que no dieron resultado. Las decisiones políticas hay que juzgarlas y evaluarlas en el momento en el que fueron tomadas”.
“Cuando el macrismo endeudó el país de una manera demencial, cuando volvió el FMI que Néstor le había dicho que se fuera… Yo tenía la responsabilidad, como responsable de la fuerza con mayor cantidad de votos, y el escenario internacional era complejo. En Estados Unidos, Trump iba a ser reelecto presidente y había puesto 45 mil millones de dólares con el FMI para sostener a Macri. En lo regional, el compañero Lula que hoy es presidente estaba preso, en Ecuador Rafael Correa estaba exiliado…”, relató.
“En nuestro país, esta ciudadana tenía que tomar una responsabilidad para que esas políticas no fueran ratificadas. Y no estaba muy acompañada, vamos a hablar a calzón quitado y que nadie se siente ofendido, que nadie lo sienta como un reproche. Muchos decían que el ciclo de Cristina estaba terminado, algunos movimiento sociales no veían tan mal las ayudas que recibían del macrismo, los dirigentes de la CGT no parecían tan decididos a enfrentar esas políticas. Tuve que tomar una decisión de crear el Frente de Todos y no me arrepiento porque pudimos lograr el objetivo. No votamos en contra de nombres, votamos a favor o en contra de políticas, no de personas”, declaró.
Para quien sí tuvo palabras de elogio fue para Sergio Massa: “El ministro de Economía está haciendo un gran esfuerzo administrando las consecuencias de lo que pasó”, que es que “se cayó la teoría de que cuando aumentan los salarios, aumentan la inflación”. “Es mentira, nunca ha habido una participación tan baja de los trabajadores en el PBI como la que tenemos hoy, absolutamente regresiva” y aclaró que “esto no empezó con el gobierno del 2019” si no que “empezó con un gobierno que decidió endeudar una vez más a la Argentina y hoy tenemos que gastar dólares en el pago de deuda y aceptar los condicionamientos del FMI”, en referencia a la gestión de Cambiemos.
“Es necesario que los trabajadores vuelvan a participar en la política, en el modelo de organización política del país, Eso es lo que trajo el peronismo y es lo que nunca nos van a perdonar: poner a los trabajadores y trabajadoras en la discusión del modelo de país”, reflexionó.
Con esta repercusión y con el marco de interna en el Frente de Todos, la reaparición pública de Cristina dio pie a un tercer capítulo del “operativo clamor” para que sea la candidata del oficialismo en 2023.
Justamente, el homenaje a Néstor Kirchner, a doce años de su fallecimiento, celebrado el pasado 27 de octubre en la sede de ATE Capital, sirvió para que el sindicalismo K y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, insistan con un pedido que va tomando cada vez más volumen: la candidatura presidencial de Cristina Kirchner para 2023.
Este “operativo clamor” llego el domingo pasado a Brasil, ya que tras el triunfo ante Jair Bolsonaro en el balotaje, el líder del PT Luiz Inácio Lula da Silva se mostró con una gorra con el slogan “CFK 2023”, en referencia a una eventual candidatura de la vicepresidenta argentina que le entregó en mano el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.