El Trofeo de Campeones que terminó en escándalo ayer en San Luis demostró que tanto el ganador, Racing Club, como el perdedor, Boca Juniors, están lejos de hacer honor al pomposo nombre que la AFA le puso a la última copa del año que se puso en juego en el fútbol local.
Cuando un encuentro se termina antes de tiempo porque uno de los dos equipos queda en inferioridad numérica por acumular cinco expulsiones, además de revisar la actuación del árbitro (que en el caso de Facundo Tello fue muy polémica) el equipo perjudicado igualmente debe hacer autocrítica por su comportamiento.
Y cuando un momento de alegría como un gol faltando dos minutos para que finalice el alargue no desata un festejo sino una batahola dentro del campo de juego, el equipo ganador también tiene que hacer una fuerte instrospección. Y este es el caso de Racing Club.
El mediocampista de Racing Carlos Alcaraz festejó el gol de cara a la tribuna de Boca. Es verdad que hizo el tanto en ese arco y quedó allí. Pero su actitud resultó provocadora. En lugar de, por fin, festejar con su gente y compañeros luego de un 2022 con cuatro dolorosos fracasos (caída en semifinales de la Copa de la Liga ante el “Xeneize”, insólita eliminación de local en la Copa Sudamericana ante River Plate de Uruguay, fuera de la Copa Argentina ante Agropecuario de la Segunda División y el campeonato perdido un penal hace quince días frente a River Plate), el talentoso pero irascible futbolista prefirió enrostrarle el título a sus rivales.
Esos mismo rivales que hace 15 días se burlaron de Racing por el final de la Liga Profesional. El capitán de Boca, Alan Varela, dijo que los futbolistas de la “Academia” habían “pecheado” y Darío Benedetto (que ayer se hizo expulsar y suspender el partido) le había dedicado el trofeo a la gente de Avellaneda en redes sociales.
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“Esto es Boca, que la sigan contando como quieran”, siguió anoche en esa postura el “Pipa” luego de la derrota y remarcó en Instagram que Boca había ganado los dos campeonatos (Liga Profesional y Copa de la Liga) más importantes de la temporada. Eso es verdad. Como también que ayer perdió. Y esa Copa que minimiza, también se la hubiera enrostrado a Racing en caso de ganarla. No es contrafáctico. Cuando uno es mal perdedor, también es mal ganador. Y se puede adivinar lo que va a hacer. Fernando Gago, DT de Racing, deberá hablar con sus jugadores. Hasta ahora, habían sido buenos perdedores en todas sus caídas. Por una vez estuvieron del lado del triunfo y mostraron una cara repudiable. La misma que habían sufrido días atrás. Un triste cierre del 2022 para un año demasiado tumultuoso en el fútbol argentino.