El presidente francés, Emmanuel Macron, es la cara visible de una Europa que quiere y necesita acercarse a China. El mandatario galo se encuentra de visita oficial en el gigante asiático, la primera a ese país desde 2019 tras la crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus.
Macron mantuvo este jueves una reunión con su par chino, Xi Jinping, de la que también fue parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien viajó como gesto a Pekín de la importancia que el “viejo continente” le da a China.
“Sé que puedo contar con usted para hacer entrar a Rusia en razón y llevar a todo el mundo a la mesa de negociaciones”, le dijo Macron a su par chino sobre la actitud de su aliado Vladimir Putin, quien ordenó la invasión de las tropas rusas a Ucrania hace ya más de 13 meses en un conflicto que no parece tener final a la vista.
“Tenemos la capacidad y la responsabilidad de superar diferencias y obstáculos para mantener una asociación estable, mutuamente beneficiosa, emprendedora y dinámica. De esta forma, practicaremos un multilateralismo verdadero en pro de la paz, la estabilidad y la prosperidad mundiales”, devolvió Xi al recibir a Macron en el Gran Palacio del Pueblo en Pekín.
Macron, quien llegó acompañado de una representación de más de 50 empresarios franceses, entre ellos responsables de Airbus, EDF y Veolia, afirmó que Francia y la Unión Europea (UE) no deben “separarse” económicamente de China, sino mantener una “vía realista y ambiciosa”.
Desde Bruselas, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, fue más directo: “Necesitamos a China para resolver los desafíos globales y queremos desarrollar un compromiso constructivo con China”, aseveró.
La invasión rusa de Ucrania, que nunca fue condenada formalmente por China, encabeza la lista de temas espinosos sobre los que Macron quiere limar asperezas con Xi Jinping.
Según Macron, China, “precisamente por su estrecha relación con Rusia, reafirmada en los últimos días, puede desempeñar un gran papel” en el conflicto en Ucrania, en referencia a la reciente visita del presidente chino a Moscú.
El diálogo con las autoridades de Pekín es “indispensable”, afirmó Macron, y no dudó en advertir que el que apoye al “agresor” se convertirá en “cómplice”.
Sin embargo, el presidente francés rápidamente buscó despegarse del enfoque de confrontación diplomático de Estados Unidos en los últimos años hacia su rival asiático.
“Cada vez se oyen más voces que expresan una fuerte preocupación por el futuro de las relaciones entre Occidente y China. Y en cierto modo llegan a la conclusión que existe una espiral irresistible de tensiones crecientes”, dijo. “No quiero creer en este escenario”, enfatizó.