Independiente se quedó sin director técnico anoche luego de dejar escapar un nuevo triunfo sobre el final en Avellaneda, al empatar ante Colón de Santa Fe 2-2 en un partido insólito de la octava fecha de la Liga Profesional de Fútbol que tuvo tres penales: uno dudoso, otro increíble y el último con la intervención en el descuento para decretar la igualdad definitiva.
Santiago Pierotti abrió la cuenta para el “Sabalero” a los 9 minutos del primer tiempo pero el “Rojo” lo dio vuelta con los tantos, de penal, de Martín Cauteruccio (23m. PT) y Matías Giménez (35m. ST).
Sin embargo, en el décimo minuto adicionado, Ramón “Wanchope” Ábila anotó el empate para la visita luego del rebote que dio Rodrigo Rey tras atajarle el penal.
Colón rescató un punto agónico cuando parecía que se iba sin nada desde Avellaneda luego de una tarde-noche de furia contra el árbitro Nicolás Lamolina.
Los dirigidos por Néstor Gorosito, quien se fue expulsado junto a su ayudante Gustavo Zapata, reclamaron los dos penales que cobró el juez, que estuvo asistido desde el VAR por Germán Delfino.
En el primero, convertido por Cauteruccio, Lamolina cobró una supuesta falta del paraguayo Carlos Arrúa sobre Luciano Gómez.
Luego, en el segundo tiempo, se produjo una de las jugadas más insólitas de la historia del fútbol con el penal que cometió el experimentado defensor Paolo Goltz.
En medio de un saque de arco, el arquero Ignacio Chicco movió la pelota y el defensor se agachó para tomarla con las manos y hacerlo desde otro lugar.
Cuando parecía que Independiente volvía al triunfo luego de seis fechas y tomaba aire el ciclo de Leandro Stillitano, la historia se volvió a torcer.
A los 51 minutos, el uruguayo Baltasar Barcia, quien había sido uno de los pocos puntos altos del local, lo sujetó de la camiseta a Ramón Ábila adentro del área en una acción evitable.
El propio Ábila se hizo cargo de la ejecución con un tiro cruzado pero Rey le adivinó la intención. Sin embargo, el rebote le quedó nuevamente en los pies del ex Boca Juniors que determinó el empate 2-2 que silenció al estadio y motivó que el presidente del club, Fabián Doman, echara al entrenador que había traído como una apuesta a comienzo del torneo.