La casa natal de Adolf Hitler, en Austria, será transformada en un puesto de policía que tendrá un centro de formación de agentes en derechos humanos para intentar “romper el culto que hay por él en los medios extremistas”, según indicó una comisión de expertos creada desde 2016 por el gobierno.
“Tras la renovación arquitectónica del edificio cargado con un fuerte pasado, serán instalados ahí una comisaría de policía y un centro de formación para agentes en derechos humanos”, aseguró el ministerio del Interior en un comunicado.
De este modo, se decidió que la casa en la que nació Adolf Hitler el 20 de abril de 1889 y vivió los primeros años no fuera un lugar de memoria para evitar que se convirtiera en un lugar de peregrinación neonazi.
La demolición fue descartada porque Austria debe “enfrentarse a su pasado”, señalaron historiadores. El gobierno emprendió una larga batalla judicial para lograr la propiedad de esta casa, situada en el centro de Braunau-am-Inn, en la frontera alemana. La construcción de 800 metros cuadrados tendrá un nuevo techo y se ampliará.
Debido a la demora en los trabajos, el costo de las obras está calculado en 20 millones de euros financiados por el Estado, frente a cinco en su cotización inicial. Los nuevos ocupantes se instalarán ahí desde 2026, según el Ministerio.
Por su parte, el director de un documental que saldrá a finales de agosto, Günter Schwaiger, pidió a las autoridades renunciar a esta reconversión en un puesto de policía.
Eso significa “realizar el deseo de Hitler mismo” a favor del uso administrativo de las sedes, como lo formuló en un artículo en el diario local publicado en mayo de 1939, declaró Schwaiger en una conferencia de prensa en Viena.