Afirmó que supo de las “torturas” que sufrieron durante su cautiverio en la ESMA, porque ellos mismos se lo contaron.
El cardenal Jorge Bergoglio supo de boca de los dos sacerdotes jesuitas secuestrados de manera ilegal y luego liberados en la última dictadura miiltar las “torturas” que sufrieron durante su cautiverio en la ESMA, porque ellos mismos se lo contaron, admitió hoy bajo juramento de verdad ante el Tribunal Oral Federal 5 a cargo del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Durante casi tres horas el tribunal en pleno -salvo público y prensa, ya que fue a puertas cerradas- se apiñó como pudo en su despacho privado de la Nunciatura para tomarle declaración, ya que amparado en su condición de alto religioso se rehusó a concurrir a la sede del debate en los tribunales federales de Retiro.
El primado dijo a los jueces que se hicieron todas las gestiones “posibles” tras el secuestro de los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalic, privados de su libertad en mayo de 1976 cuando Bergoglio era principal de la Compañía de Jesús en la última dictadura.
Ambos curas trabajaban en la villa de emergencia del Bajo Flores y según relató al tribunal una sobreviviente de ESMA la Iglesia les habría sacado la protección a sugerencia de Bergoglio, según le habrían referido los sacerdotes por entonces.
Al escucharla uno de los querellantes, el abogado Luis Zamora pidió que se le cite como testigo, algo a lo que el Tribunal hizo lugar.
El letrado relató al salir de la Nunciatura que la Iglesia siempre eligió en la dictadura “el camino de la reserva y las instancias internas” a la hora de pedir por secuestrados y que lo mismo dijo Bergoglio se hizo con ambos curas.
Bergoglio les había recomendado “cuidarse al salir y no caminar solos” tras las liberaciones, relató hoy.
Esta fue la primera vez que el cardenal declaró en una causa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.