En una decisión inédita la Iglesia Católica accedió a la petición de Gastón Castrillo, hijo de un desaparecido, y anuló el acta que decía que el dictador era su padrino de bautismo. Castillo fue el séptimo hijo varón y su madre gestionó el padrinazgo del presidente de facto con la esperanza de recuperar a su marido.
El titular del Episcopado y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, aceptó los argumentos que Castillo formuló en una intimación judicial, en donde señaló que en su calidad de creyente el vínculo religioso con el ex general “me hiere y mortifica irreparablemente e infama el acto sagrado del bautismo”.
La intimación, que reprodujo Gaceta Mercantil, explicaba que Gastón fue el séptimo hijo varón de Roberto Castillo y Josefa García y que la mujer, ante la desesperación por el secuestro de su marido, en febrero de 1977, gestionó el padrinazgo del presidente que prevé la ley 20.843, con la esperanza de que ese vínculo religioso facilitara la liberación de su marido.
De esta forma, en diciembre de 1977 el presidente de facto, representado por un subalterno, apadrinó a Gastón Castillo, pero el padre nunca fue liberado.
Al contrario, sus restros fueron identificados por el Instituto de Antropología Forense en 2009. Estaba enterrado como NN en el cementerio de Avellaneda y sus restos mostraban signos de haber sido asesinado, según el informe.
En su carta a Bergoglio, Gastón Castillo cuenta que “al recurrir a representantes del culto, obtuve invariablemente como respuesta que era imposible lograr tal modificación del acto sacramental e inclusive se me sugirió como alternativa que solicitara la inscripción de apostasía (renuncia a la fe), todo lo cual implicaba mi expulsión como fiel laico de la Iglesia católica”, afirma. Y señala su total desacuerdo con esa alternativa por ser “bizarra” y por querer seguir formando para de esa Iglesia.
Por ese motivo, Castillo decidió posteriormente apelar a la instancia máxima de la Iglesias. Recurrió a Bergoglio, intimándolo a tomar cartas en el asunto, como paso previo ae recurriría a la Justicia si no obtenía una respuesta favorable.
Mediante una carta firmada por el notario del arzobispado de Buenos Aires, padre César Sturba, cuyo titular es Bergoglio, se le informó que se aceptaba su pedido “por los motivos expuestos en su presentación, debiendo indicar el nombre y el apellido de quien sustituirá al padrino registrado “.
La nota del arzobispo que la decisión será comunicada a la diócesis de Lomas de Zamora, en cuya jurisdicción se celebró el bautismo, “rogándole se disponga la reposición de la partida de bautismo”.
Es significativa la razón eclesiástica a la que hecha mano el arzobispado porteño para hacer lugar al pedido. El notario dice que se accede “cumpliendo lo requerido por el cánon 874 & 1,3 del Código de Derecho Canónico que fija las normas eclesiásticas. Ese canón, al detallar las condiciones para ser padrino de bautismo, afirma que este debe “llevar una vida coherente con la fe y con la misión que va a recibir” . Por otra parte, como aclara el notario, la intervención de Bergoglio fue posible porque Castillo tiene su domicilio legal en la arquidiócesis porteña.