Los economistas del llamado Primer Mundo recurren al alfabeto para graficar los temores y dudas sobre los alcances de la recesión europea en el contexto de la crisis económica mundial. Y Nouriel Roubini volvió a agitar el fantasma de la recesión con mejora y luego mayor recesión, un tecnicismo para advertir que quizás no pasó lo peor.
Con el panorama de la crisis europea cada vez más incierto, los analistas internacionales no se atreven a ponerle un plazo de conclusión al tifón económico mundial. Y de la mano de los nuevos temores volvió a agitarse la “sopa de letras” entre los economistas.
Muchos de los optimistas que hablaban hace poco de una crisis con rebote rápido, del tipo “V”, ahora se resignan a vaticinar que será una “U”, con una recesión más prolongada y por ello un valle más chato. Sus críticos, por su parte, agitan la “L” y citan el ejemplo japonés, con una larga depresión de la que no lograron salir en 30 años.
La letra más temida, sin embargo, sigue siendo la W. La “double dip recession” o recesión de doble caída, que engaña con su mejora temporaria para luego caer más profundamente en una nueva depresión.
Quien volvió a invocar el cuco de la W este fin de semana fue Nouriel Roubini, el gurú que saltó a la fama por haber anticipado la crisis de las hipotecas basura con una precisión digna de Nostradamus.
El analista publicó el sábado en decenas de diarios estadounidenses (vía el servicio de Project Syndicate) un editorial titulado “Double-dip days”. Allí asegura que el costo de los salvatajes bancarios multimillonarios de los últimos dos años empezará a sentirse ahora, y recomienda “ajustarse los cinturones y prepararse para un paseo agitado”.
Según sus pronósticos, Estados Unidos terminará el año con un magro crecimiento del 1,5 por ciento. Europa y Japón se mantendrían estancados y China crecería menos del 8%, lo cual para Roubini constituye una señal de desaceleración preocupante.
Una alarma adicional que enciende el gurú es la relativa a Israel y Medio Oriente. Entre sus escenarios más probables menciona un ataque militar israelí a Irán “en los próximos doce meses”, que a su juicio “dispararía el precio del petróleo” y terminaría de enterrar la economía global en una recesión más larga. Como para que la W se convierta en L, ya no en Japón sino en todo el mundo.