El Consejo de la Magistratura tuvo una sesión caldeada por el “caso Sosa” y el camarista mendocino Luis Miret, que no deja su despacho.
La reunión del plenario del Consejo de la Magistratura de la Nación se vio el jueves signada por dimes y diretes sobre los más variados temas, principalmente el fallo de la Corte Suprema sobre el “caso Sosa” y una actitud del suspendido camarista mendocino Luis Miret.
El primero de los conflictos surgió entre los consejeros Oscar Aguad, legislador por el radicalismo, y el diputado K Carlos Kunkel. El radical quería impulsar alguna moción donde el organismo que designa y evalúa a los jueces diera una opinión sobre el fallo del máximo tribunal que ordenó al gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, reponer en su cargo al echado ex Procurador. Pero fiel a su estilo histriónico, Kunkel lo interrumpió a viva voz, micrófono en mano y vociferando por qué a su juicio el fallo del máximo tribunal del país era inconstitucional. Así se armó un ida y vuelta de opiniones que dejó al tema en la nada.
Otra atención se dio al chisme llevado al recinto por la diputada Diana Conti: refirió que al parecer el suspendido Miret sigue yendo todos los días a su despacho en el juzgado de Mendoza y, si bien no firma fallos, usa las instalaciones para redactar su futura defensa en el jury de enjuiciamiento por haber “al menos tolerado” delitos de lesa humanidad en la última dictadura.
De la renuncia presentada al Poder Ejecutivo ya ni se acuerda: Mire da por descontado que jamás será aceptada.