La guerra en Ucrania cumple este miércoles seis meses, desde que el 24 de febrero pasado el ejército de Moscú cruzó la frontera occidental para invadir la región pro-rusa del Donbass, lo que desató un conflicto que no solo afectó socialmente a esos dos países, sino que cambió el mapa político de Europa y las relaciones entre las naciones del viejo continente; desató una grave crisis energética (que se traduce en crisis económica) y un aumento del precio de los combustibles que disparó la inflación en todo el planeta a niveles que no se veían desde hace tres o cuatro décadas. ¿Pero cuál es la situación militar en la zona original del conflicto, donde las bombas explotan y los muertos se cuentan a diario?
Según el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, la invasión a Ucrania va “de acuerdo con el plan”, a pesar de que los combates y los bombardeos continúan sin pausa en el este y sur de Ucrania, donde el ejército del Kremlin controla ya parcial o totalmente cinco provincias ucranianas, territorios que ya ha dado señales de querer conservar.
Cuando lanzó lo que definió como una “operación militar de pacificación” contra los “nazis del gobierno de Kiev”, el presidente ruso, Vladimir Putin, sostuvo que el objetivo era “devolverle la paz” a los habitantes del oeste ucraniano, una región que siempre miró con buenos ojos hacia la Plaza Roja, más todavía tras la caída en 2014 del gobierno que promovía las relaciones entre ambos países.
En ese sentido, Shoigu afirmó que el Ejército de Rusia estaba abocado a “un trabajo sistemático en los territorios liberados para establecer una vida pacífica” y devolvió a Ucrania acusaciones de crímenes de guerra.
Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero pasado luego de que Estados Unidos rechazara exigencias de renunciar a planes de incorporar a la OTAN a la exrepública soviética, algo que Moscú ve como una amenaza existencial.
Según la ONU, más de 14.000 personas han muerto desde 2014 en combates entre el Ejército y separatistas ucranianos rusoparlantes alzados en armas que controlan territorios en la región del este de Ucrania conocida como Donbass.
Rusia acusa a Ucrania de haber violado acuerdos de fines de 2014 para poner fin a las hostilidades, que fueron firmados en Minsk, la capital de Bielorrusia.
La visión ucraniana
En Kiev, las sirenas antiaéreas sonaron este miércoles, mientras Ucrania conmemora el Día de la Independencia. Con las grandes concentraciones de personas prohibidas por temor a fuertes bombardeos rusos, el presidente Volodimir Zelenski urgió a sus compatriotas ucranianos a estar vigilantes.
“Hace seis meses, Rusia nos declaró la guerra. El 24 de febrero, toda Ucrania escuchó explosiones y disparos. El 24 febrero, nos dijeron: ‘No tienen chance’. El 24 de agosto, decimos: ‘Feliz Día de Independencia, Ucrania'”, dijo Zelenski en su mensaje.
Los temores a ataques rusos esta semana se incrementaron luego del asesinato, con un atentado con bomba en Rusia, de la hija de 29 años de un pensador ruso cuyas teorías geopolíticas han dado sustento a las justificaciones del Kremlin para invadir a Ucrania.
Rusia sostiene que Daria Duguina, hija de Alexander Duguin, fue asesinada por una agente de inteligencia ucraniana que colocó una bomba bajo su auto y la detonó cuando era conducido por la joven cerca de Moscú, antes de huir a Estonia. Ucrania lo niega.
Avance ruso
Rusia ocupa ya total o parcialmente cinco provincias del este y del sur de Ucrania. Los territorios que controla forman un corredor terrestre ininterrumpido desde su frontera suroccidental hasta la península de Crimea, que Moscú se había anexionado en 2014.
Ucrania dijo esta semana que casi 9.000 de sus soldados murieron en combate. Rusia no ha revelado sus bajas militares, pero se estiman en miles.
Dólares de EEUU en la guerra en Ucrania
Gran parte del éxito de la resistencia ucraniana se debe al continuo envío de armas por parte de Estados Unidos y países de la OTAN.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció otros 2.980 millones de dólares de ayuda para entrenar y equipar a las fuerzas ucranianas para pelear durante años
Pero en Washington se acumulan las voces de dirigentes políticos que cuestionan el destino de las armas y los miles de millones de dólares de ayuda al gobierno de Zelenski. Una de estas voces es la del congresista republicano Greg Steube, quien se pronunció en contra del anteúltimo paquete económico para Ucrania de 40.000 millones de dólares a pesar de que apoyó el primero de 10.000 millones.