Argentina debe abonarle este mes al Fondo Monetario Internacional (FMI) 2.716 millones de dólares repartidos en dos pagos: US$ 927 millones el 21 de marzo y el 22 otros US$ 1.789 millones.
Además de pagar, según el acuerdo de facilidades extendidas con el organismo crediticio multilateral, cuando termine el mes el Banco Central (BCRA) debería tener en sus arcas unos 7.700 millones de dólares en reservas, un número que no se va a cumplir y por eso el ministro de Economía, Sergio Massa, y la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, acordaron flexibilizar los términos del convenio.
Asimismo, el Gobierno tiene que atender a lo largo de este mes compromisos por US$ 389 millones con otros organismos multilaterales, de los cuales US$ 252 millones corresponden a capital y otros US$ 137 millones a intereses.
Por este panorama, es clave que el FMI apruebe la cuarta revisión del programa y autorice el desembolso de 5.400 millones de dólares correspondientes al Programa de Facilidades Extendidas en curso.
El período analizado es el cuarto trimestre de 2022, año que la Argentina cerró con un déficit primario (sin incluir los servicios de deuda) equivalente al 2,4% del Producto Bruto Interno (PBI), con un sobrecumplimiento de una décima, ya que la meta acordada había sido del 2,5%.
Para 2023, la meta de déficit primario es del 1,9%, en un año marcado por varios condicionantes que el Gobierno argentino busca plantear en las discusiones en Washington, como el impacto negativo de la sequía en la cosecha agrícola y consecuentemente la baja en el ingreso de divisas, así como la continuidad del conflicto entre Rusia y Ucrania, con derivaciones en los precios de la energía y los costos de transporte y logística.