El oficialismo impuso su mayoría en la Asamblea, pero el socialismo anticipó que irá al Tribunal Constitucional. Los sindicatos y una nueva huelga con movilización.
Los diputados franceses aprobaron hoy de forma definitiva el retraso de la edad de jubilación, que acaba así su trámite parlamentario a la espera de la firma del presidente, Nicolas Sarkozy.
El texto, sobre el que aún tiene que opinar el Tribunal Constitucional tras el recurso anunciado por el Partido Socialista, recibió 336 votos a favor de conservadores y centristas, y 233 en contra de la oposición de izquierda.
La edad mínima legal para jubilarse pasa ahora de 60 a 62 años, y para cobrar la pensión completa los franceses tendrán que trabajar hasta los 67.
La iniciativa provocó multitudinarias movilizaciones y jornadas de huelga en el país, pero Sarkozy hizo caso omiso de las duras protestas que paralizaron Francia en las últimas semanas.
Si bien es cierto que los socialistas anunciaron que recurrirán al Consejo Constitucional, parece un argumento más político que jurídico con el fin de retrasar la aprobación de la ley y ampliar el tiempo de protesta en las calles.
En cualquier caso, el Gobierno podría pedir que el Tribunal Constitucional actuase de urgencia por lo que, según el calendario que maneja el Elíseo, la ley estaría promulgada para mediados de noviembre.
Mientras tanto, la tensión de la protesta en la calle disminuye, los transportes públicos casi recuperaron la frecuencia normal y se han desbloqueado varias refinerías.
Algunos sindicatos, como la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), le tendió la mano al Gobierno para recuperar el diálogo social, negociando otros aspectos de la política social y laboral como el empleo de los jóvenes y de los mayores.
No obstante, los sindicatos convocaron para mañana a una nueva jornada de huelga y otra sesión de movilizaciones el próximo 6 de noviembre, y desde la mayor agrupación de trabajadores del país, la Confederación General del Trabajo (CGT), se asegura que la protesta continúa.
La discutida ley propone, entre sus puntos más polémicos, elevar de los 60 a los 62 años la edad mínima para la jubilación y de los 65 a los 67 la edad de jubilación definitiva, cuando no se haya cubierto el periodo de cotización, que ahora es de 40,5 años y pasará a 41 años en 2012.