El presidente de TEBA presentó un escrito ante la Justicia desvinculándose de las presuntas dádivas a Jaime y dijo que si salieron de “empleados o proveedores” no se enteró. El funcionario deberá declarar el 23 de agosto.
El presidente de TEBA, Néstor Otero, negó por escrito tener conocimiento de que el ex secretario de Transportes de la Nación Ricardo Jaime haya recibido “dádivas” por parte de su empresa, pero agregó que en todo caso, si eso ocurrió, se basó en “relaciones personales de empleados y proveedores” con el funcionario, que “exceden” a su persona.
Otero fue el único que rompió el silencio esta semana en la ronda de declaraciones indagatorias en la causa que investiga si el ex secretario de Transportes de la Nación Ricardo Jaime recibió “dádivas” por parte de esa empresa, mediante el pago de alquileres de un lujoso piso en avenida del Libertador, donde vive y las garantías a esos contratos dadas por distintos directivos de la concesionaria de la términal de ómnibus de Retiro.
En realidad, rompió el silencio por escrito. Y fue suficiente. En un escrito de dos hojas entregado al jeuz federal Norberto Oyarbide, al que tuvo acceso Gaceta Mercantil, el empresario dijo que nunca supo de esos favores a Jaime y que en todo caso fueron iniciativas de empleados suyos sin que nadie lo informara.
“No tengo ni he tenido relación personal” con Jaime escribió Otero y continuó : “niego enfáticamente haber dado garantías o pagado alquileres a Jaime por parte de la sociedad TEBA”.
En todo caso, aclaró, si eso ocurrió se basó en “relaciones personales de empleados y proveedores” que “exceden” a su persona.
“Por mi parte no tengo conocimiento ni fui informado”, se atajó sin desmentir que hubieran existido los contratos o el pago de alquileres.
A la hora de mirar para abajo, recordó un clásico en estos casos: en su empresa, dijo, hay 150 empleados y unos 200 proveedores, y él no podía estar al tanto de lo que hacían todos.
En el juzgado la percepción es distinta: el cobrador de la empresa que rentaba el departamento declaró haber ido a buscar el importe del alquiler varias veces a la tesorería de TEBA. Además se firmaron distintas renovaciones del contrato de alquiler, siempre con algún directivo -no empleado- de TEBA como garante e incluso en una ocasión, a nombre de uno de ellos, sin que figurase Jaime, pese a que era quien vivía allí.
Para rematar, y dar envidia a algún que otro escribiente judicial, Otero informó en la indagatoria donde está imputado por el delito de “dádivas” que percibe 300 mil pesos mensuales de salario por su rol en la empresa.
Para el 23 de agosto el juzgado da por confirmada la indagatoria al mismo Jaime, tras rechazar un planteo de nulidad presentado por su defensa.