Con las tempranas eliminaciones de Bélgica y Alemania, la clasificación a octavos de final de la Selección Argentina se convirtió en un pasaje “tranquilo” ya que a pesar de llegar obligada a ganar en el último partido del Grupo C, los delanteros de Polonia jamás supieron de qué color era el buzo que usaba el arquero nacional, Emiliano “Dibu” Martínez.
La primera fase del combinado comandado por Lionel Scaloni tuvo varios puntos en común con las tres selecciones más icónicas del entrenador Néstor Pekerman, que en Juveniles forjó parte del estilo y la personalidad de un joven Scaloni, que podía jugar como lateral o mediocampista derecho y llegar al área rival para hacer goles como el recordado a Brasil en la semifinal del Mundial Sub-20 de Malasia 1997.
Tanto en esa Copa del Mundo como en Qatar 1995, la menor de Argentina que terminó dando la vuelta olímpica sufrió una derrota en fase de grupos. Contra el Portugal de Nuno Gomes en el primer título de Pekerman en la AFA y ante Australia en 1997.
En ambas ocasiones, el entrenador metió mano en la formación titular para cambiar la imagen. Como lo hizo Scaloni luego de la derrota inicial ante Arabia Saudita y para apostar por “nuevos” como Enzo Fernández y Julián Álvarez ante Polonia en lugar de históricos suyos como Lautaro Martínez, Leandro Paredes o Guido Rodríguez.
Pekerman hasta llegó a sustituir al arquero en 1997 por un solo partido: sacó a Leo Franco tras los cuatro goles australianos y metió a Cristian Muñoz para ganarle a Inglaterra en octavos de final. En la final de ese torneo, el DT formador dejó afuera de los titulares a Pablo Aimar, que en ese momento era más figura que Juan Román Riquelme, el otro crack de ese equipazo.
Algo de ese estilo cambiante de Pekerman puede verse en Scaloni, a quien no le tiembla el pulso para sacar y meter jugadores según el nivel y -también- cómo juega el rival, otro aspecto en el que mamó algo de aquel mentor.
Otro punto de contacto nos lleva al Mundial de Alemania 2006, ya con Pekerman como DT de la mayor. Hasta el miércoles, ese equipo tenía el récord del gol con más toques previos en el tanto de Esteban Cambiasso en la goleada 6-0 a Serbia y Montenegro. Lo superó recién el “baile” de 27 “oles” previo al gol de Álvarez a Polonia.
En la conferencia de prensa posterior a la clasificación, a Scaloni le preguntaron si había pensado en sacar a Lionel Messi para que su físico descanse. En lo que algunos vieron una pregunta con “mala leche”, el conductor de la “Scaloneta” vio la oportunidad de despegarse del peor error de Pekerman. “Si no me lo pide, a Lío no lo saco”, contestó. Y la mente viajó a la eliminación en 2006 ante los alemanes, con Messi sentado en el banco sin entrar un segundo de los 120 minutos que se jugaron.
Es verdad que en ese entonces era la “Pulga” y fue más a sumar experiencia que minutos en aquella Copa del Mundo. A Pekerman se lo critica con “el diario del lunes” de lo que fue la carrera de Messi. El peor error de aquel partido fue haber sacado a Riquelme cuando Argentina ganaba 1-0. Era “su” jugador. El mejor de aquel plantel. El que representaba en la cancha la idea del entrenador. Scaloni tiene en Messi a “su” jugador. Y va a ganar o perder con él en la cancha. No va a traicionarse. Podrá no salir campeón, pero al menos no sufrirá viendo videos dos décadas después.