El 21 de febrero de 1893, el inmigrante escocés Alejandro Watson Hutton fundó The Argentine Association Football League, y sin saberlo, puso la piedra angular de lo que 130 años después es la única pasión capaz de unir a toda la Argentina, cada vez más dividida y agrietada en el resto de los aspectos culturales, sociales, económicos y hasta morales de la vida.
Las millones de personas que se volcaron a las calles para celebrar en diciembre pasado el Mundial que la Selección Argentina ganó en Qatar eran imposibles de imaginar para la mente de aquel escocés apasionado que llegó a nuestro país en 1882 con un inflador y algunas pelotas que desataron la curiosidad de los oficiales de Aduana, que no sabían lo que eran esos objetos, solamente conocidos entre la comunidad británica de Buenos Aires y alrededores en aquellos tiempos.
Eran los “locos ingleses” que jugaban al “football”. Watson Hutton siempre quiso que este deporte dejara de ser practicado por una minoría de élite y fuera popular. Ni en sus mejores sueños habría imaginado la marea humana del 20 de diciembre 2022 para saludar a los futbolistas que vestidos de celeste y blanco le agregaron una estrella al escudo de la institución que con más ganas que recursos él había fundado en 1893.
Watson Hutton conducción
El primer campeonato de fútbol argentino fue organizado dos años antes, 1891, por la Argentine Association Football League. Participaron el Buenos Aires Football Club, Buenos Aires al Rosario Railway, Old Caledonians, Belgrano Football Club, Hurlingham Football Club y el campeón, Saint Andrews School.
Pero no hubo repetición al año próximo y quien tomó la posta fue Watson Hutton, quien desde el Buenos Aires English High School impulsaba más que nadie la práctica del balompié. Y en 1893 se puso al hombro la organización del torneo argentino a través de la “The Argentine Association Football League”.
La institución, de cuya sede original en la calle Venezuela 1230 pronto se mudó Del Temple (la actual Viamonte) a cuadras de su edificio actual, pasó a llamarse “Argentine Football Association” desde febrero de 1903.
Cambios de nombres
En 1912 pasó a llamarse “Asociación Argentina de Football”, mientras había una paralela “Federación Argentina de Football”, con la que se fusionó en diciembre de 1914.
En noviembre de 1926 el nuevo nombre fue “Asociación Amateur Argentina de Football”, tras fusionarse con la paralela “Asociación Argentina de Football”, donde estaban Boca Juniors y Huracán, por ejemplo.
Para 1931, con el decreto presidencial que encuadró al fútbol como una actividad profesional, la entidad pasó a llamarse “Asociación Argentina de Football Amateurs y Profesionales”, ya que todos los clubes grandes pasaron a enrolarse en la “Liga Argentina de Football” para poder pagarle a sus futbolistas.
Pero la FIFA seguía reconociendo como representante a la “Asociación Argentina de Football Amateurs y Profesionales”. Por eso, la Selección Argentina fue integrada en el Mundial de Italia 1934 por jugadores amateurs, ya que los cracks que jugaban en Boca Juniors, River Plate, racing Club, Independiente, San Lorenzo, Vélez, Estudiantes de La Plata, Gimnasia y Esgrima La Plata, etc. lo hacían por dinero en la “Liga Argentina de Football”.
Vil metal
El fracaso en la Copa del Mundo, las ganas de los cracks por vestir la “celeste y blanca” y -sobre todo- el incipiente negocio, hizo que la liga profesional se fusionara con la amateur y en 1934 quedara constituida para siempre la Asociación del Fútbol Argentino, que reconoce en esta histórica línea de tiempo a la creación de Watson Hutton como su germen. No sabía lo que hacía, pero ese escocés nos daba hace 130 la máxima expresión cultural colectiva como país y a las únicas personas casi indiscutibles en la consideración popular desde la mitad del siglo XX hasta la actualidad. Los próceres de hoy son Diego Maradona o Lionel Messi. Diferentes a San Martín o Belgrano. Menos importante, sí. Pero más de lo que a veces se supone.