El titular del Banco Central estadounidense salió al cruce así al coro de críticas por la decisión de comprarle a los bancos 600.000 millones de dólares en bonos del Tesoro en los próximos ocho meses. China, Brasil y Europa se oponen.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Ben Bernanke, dijo hoy que el nuevo plan de compra de US$ 600.000 millones en bonos del Gobierno no busca “generar inflación”.
Bernanke salió al cruce así a las críticas de funcionarios europeos y asiáticos a pocos días de que comience la cumbre del G-20 en Seúl, en la que el tema central de debate será la llamada “guerra de divisas” entre Europa, China y Estados Unidos.
“No estamos en el negocio de intentar generar inflación, nuestro propósito es proveer estímulo adicional para ayudar a la economía a recuperarse y evitar una potencial desaceleración adicional de los precios, que considero todos estamos de acuerdo en que podría ser algo preocupante”, expresó.
El presidente de la FED formuló estas declaraciones junto a los ex funcionarios de la entidad Alan Greenspan y Gerald Corrigan en un evento para conmemorar el centésimo aniversario de la reunión en Jekyll Island, que condujo a la creación del sistema del banco central estadounidense.
En tanto, los países de la Unión Europea buscan la mejor alternativa para enfrentar a Washington en el G-20 por su decisión de inyectar una “lluvia” de dólares, sumándose a las críticas y temores expresados por China, Brasil, Alemania y Francia.
La decisión de la FED estuvo destinada a favorecer la recuperación en Estados Unidos, pero provocó una oleada de reacciones adversas entre los gobiernos.
Pese a que las plazas bursátiles de todo el mundo reaccionaron con entusiasmo al anuncio de la FED, e incluso Wall Street marcó un nuevo récord de rentabilidad en los últimos dos años, gobiernos y organizaciones financieras internacionales fueron mucho menos optimistas.
Un diluvio de críticas desde Europa y Asia se sumó ayer, viernes, a las que el jueves ya había expresado Brasil. Parte de la comunidad internacional teme que sean los países emergentes o las grandes naciones golpeadas por la inestabilidad económica o los abultados déficits fiscales, los que tengan que pagar el precio de la convalecencia de la primera economía mundial.
Europa ya anunció que espera discutir en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20, que reúne a países industrializados y emergentes) que se realizará la próxima semana (11 y 12 de noviembre) en Seúl, estas medidas anunciadas por la FED.
“La decisión de ‘flexibilización cuantitativa’ de la Reserva Federal estadounidense es una cuestión importante que debería ser discutida” en la cumbre, dijo ayer una fuente de la UE que no quiso revelar su identidad.
Europa estará representada en Seúl por las autoridades de la Unión Europea (los presidente de la UE, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso) y por los líderes de los países europeos de ese foro como Francia, el Reino Unido, Alemania o Italia.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, ya adelantó críticas al modelo de la FED al asegurar que los estadounidenses no van a resolver sus problemas con la inyección masiva de fondos, sino que más bien “van a plantear problemas adicionales” al resto del mundo.
“Obviamente, deseo que los estadounidenses resuelvan rápido y bien sus grandes problemas, pero si miran los éxitos de Alemania, se darán cuenta de que no lo lograrán creando más déficits”, advirtió el ministro, de tendencia conservadora.
En tanto, la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, también lamentó que el euro “cargue con el peso” de esta decisión estadounidense.
La Reserva Federal anunció el miércoles que ante la lentitud con que la economía de EE.UU. se reactiva, intentará reforzar la inversión y bajar las altas tasas de desempleo comprando a los bancos (en los próximos ocho meses) 600.000 millones de dólares en títulos de deuda del Tesoro estadounidense.
La formación de burbujas especulativas (de hecho, según los expertos, los especuladores financieros causaron la reciente crisis de 2007-2008) es uno de los grandes temores, tanto de Europa y China como de países emergentes asiáticos o latinoamericanos como Brasil, que también asistirá al G-20 con sus críticas a EEUU en la agenda.
El gobernador del Banco Central chino, Zhou Xiaochuan, juzgó que la medida adoptada por la FED podría ser la mejor para Estados Unidos, pero “no necesariamente la óptima para el mundo”, ya que corre el riesgo de acarrear “numerosos efectos negativos para la economía mundial”.
China espera que Estados Unidos le dé “una explicación” en Seúl, ya que la “confianza internacional en la reactivación y el crecimiento de la economía mundial podría verse resentida”, dijo, por su parte, el vicecanciller chino, Cui Tiankai.
El jueves, el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, ya había lanzado los primeros ataques al asegurar que “de nada sirve que anden lanzando dinero desde un helicóptero en la economía, porque eso no hará brotar el crecimiento”.
“El único resultado que tiene -esa medida- es una depreciación del dólar para que Estados Unidos tenga una competitividad mayor en el comercio internacional, tanto es así que nosotros hoy tenemos un déficit comercial con Estados Unidos y eso nos afecta”, agregó el ministro.
Y sobre la cumbre de la próxima semana adelantó que insistirá “para que Estados Unidos modifique esa política”.