Ahora sí la relación entre Néstor Kirchner y Daniel Scioli está en su peor momento. Para el gobernador bonaerense, la búsqueda de condicionarlo por parte del ex presidente llegó a un punto de no retorno: “Él no va a conspirar ni va a salir a despegarse, pero tiene en claro que lo que quieren en Olivos es que vaya al pie. Y al pie no va a ir”, le dijo a Gaceta Mercantil un hombre de estrecha confianza del mandatario provincial.
¿Qué fue lo que volvió loco a Kirchner en relación a Scioli? “Que el Gobierno nacional lo banque con guita todo el tiempo y él saliera a decir que tenía las manos atadas frente a la inseguridad”, apuntan cerca de Néstor, quien ni siquiera le cree a Scioli que su hermano José (“Pepe”) se haya pasado a las filas de Francisco de Narváez sin un acuerdo previo con él. “Pone huevos en todas las canastas”, se le escuchó decir al presidente de la Unasur hace varios fines de semana en Olivos.
La verdad es que la relación de Daniel y José tampoco está muy bien. “Pepe” se hizo a la sombra de su hermano, un multicampeón, un “ganador”. Y hace un tiempo parece que se cansó y decidió romper ese corcet que no lo dejaba crecer. Daniel no tomó a bien el alejamiento de José.
El bono al 11,5% que colocó el Gobierno bonaerense en el exterior terminó de convencer a los kirchneristas de paladar negro de que Scioli no quiere depender tanto de las dádivas del Ejecutivo nacional, lo que es una mala señal: “Si no necesita plata no se va a sentar a negociar”.
Otra de las razones del odio kirchnerista es una de las nuevas compañías de Daniel, el ex dirigente menemista de la Capital Javier Mouriño, para quien no ahorran descalificaciones.
Un Scioli más independiente, aunque públicamente no lo exprese, podría ser una buena noticia para las ambiciones reeleccionistas de Kirchner, que es en lo único que piensa ahora. Si Scioli es el candidato del “oficialismo”, su triunfo no implicaría necesariamente el ostracismo para los Kirchner. Y además sería el único que podría ganarle a Mauricio Macri, quien sin hacer nada se consolida día a día como el “mejor candidato” del Peronismo Federal , según sus propias e inmodestas palabras.
Lo cierto es que el carácter de Kirchner se ha vuelto volátil desde la última internación. Rechaza las recomendaciones de sus médicos, que le piden que descanse más y acepte la medicación para bajarle el ritmo cardíaco. “No quiere que lo duerman”, explica uno de sus colaboradores más cercanos.
El último foco de las broncas del ex presidente ha sido el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. El ministro coordinador y otros de sus colegas se han estado refiriendo a Néstor con el apelativo de “El furioso”, lo que parece haber enfurecido aún más al esposo de la Presidente. Es que son tiempo turbulentos. Y no hay mucho espacio para el humor.
* Director de Gaceta Mercantil