El titular del Palacio de Hacienda presentó en el Congreso la “ley de leyes”. Los legisladores opositores anticiparon su rechazo porque no creen en las proyecciones. Por primera vez desde 2001 la aprobaciòn podría ser postergada.
Apenas 20 minutos le llevó al ministro de Economía la presentación del proyecto de Presupuesto 2011, que prevé una pauta de crecimiento de la economía de 4,3 por ciento, una perspectiva del tipo de cambio de 4,10 pesos por dólar y una inflación anual del 8,9 %.
Boudou se presentó en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, que preside el kirchnerista Gustavo Marconato, lo que le facilitó un trámite tranquilo, sin debate ni preguntas incómodas.
Boudou anticipó también que el año próximo se estima el uso de reservas excedentes del Banco Central para cancelar deudas por un total de 7.509 millones de dólares.
La oposición rechazó las proyecciones por considerarlas irreales e inaplicables.
Según el vicepresidente de la comisión, Miguel Ángel Giubergia, les llamaron “poderosamente la atención” las previsiones del ministro.
Para el diputado nacional de la UCR por Jujuy, en el proyecto de Presupuesto 2011 “están subestimando los recursos para que el matrimonio Kirchner lo use de modo discrecional en beneficio de los amigos del poder”, según declaró a Clarín.com.
El legislador radical anticipó que no van a aceptar un presupuesto “con estos números” porque “no es el presupuesto debido, es el presupuesto para De Vido”, ironizó Giubergia.
Por su parte, el vocal de la misma comisión Gustavo Ferrari, dijo que “resulta sorprendente que tratándose de la ley de leyes, como es el Presupuesto, haya exigido tan poco tiempo y una nula posibilidad de discusión”, remarcó.
Finalmente, el legislador Gerardo Milman, de GEN, posteó en su Twitter que “el ministro Boudou nos presentó el presupuesto de un cantón suizo. No hay inflación ni pobreza ni inseguridad. Este señor habla en otro idioma”.
El proyecto de Presupuesto será objeto de una fuerte discusión en el Congreso, ya que son varios los bloques de la oposición que aspiran a modificar montos y destinos de distintas partidas presupuestarias, a la vez que quieren debatir la eliminación de subsidios a empresas concesionarias de servicios públicos y la reducción de la inversión en obra pública, así como ampliar la remisión de recursos a las provincias.
Luego del fatídico 2001, con mayores o menores discusiones, elParlamento siempre aprobó en tiempo y forma el presupuesto que giró el Poder Ejecutivo. Esta vez, con la mayoría de su lado, la oposición apuesta a imponerle un Presupuesto al gobierno, en un ejercicio clave, porque se trata de un año electoral.
Si no consiguen cambiarlo es probable que el Poder Legislativo fuerce al gobierno a afrontar las elecciones presidenciales sin un presupuesto aprobado.
La iniciativa preve además un superavit fiscal gemelo en torno al 3% del PBI, en el caso del fiscal, y el del comercio exterior en alrededor de US$ 10.000 millones.