En minutos, el presidente saliente le entregará la banda presidencial en el Palacio de Planalto, la sede del Gobierno. “Vengo a consolidar el modelo de gobierno de Lula”, aseguró Rousseff. Ver galería de fotos.

La economista Dilma Rousseff se convirtió hoy en la primera mujer presidente de Brasil tras prestar juramento ante el pleno del Congreso para desempeñar el cargo hasta el 31 de diciembre de 2014.

“Vengo a consolidar el modelo de gobierno de Lula, un presidente que cambió la forma de pensar y gobernar Brasil. Mi trabajo será la continuidad de su legado, basándome en el pilar para ejercer la presidencia que él ha tenido: la fuerza de los pobres para levantar el país”, afirmó Dilma.

“Una nación ganadora, que logre el éxito que siempre ha buscado y un gobierno con certezas, que logre conquistas, será nuestra meta”, agregó la flamante mandataria.

“Quiero gobernar para todos”, sostuvo Dilma. “Mi compromiso es honrar a las mujeres y proteger al frágil”, añadió en su discurso de investidura.

Luiz Inacio Lula da Silva, que le entregará en minutos los atributos del mando, deja el poder luego de ocho años de gestión con una popularidad sin precedentes, que orilla el 87 por ciento.

Bajo una intensa lluvia y en medio de un imponenete desfile, Rousseff llegó al Congreso, donde dará su primer discurso como jefa del Estado del país vecino.

Ex integrante de la resistencia armada a la dictadura militar y pieza fundamental durante el gobierno de Lula en dos ministerios, Rousseff asume el poder de la octava economía del mundo con la tarea de mantenerla en la ruta de crecimiento.

Pocas horas después de ser declarada vencedora de las elecciones presidenciales de octubre, Rousseff ya había adelantado el eje central de su gobierno: “Reitero mi compromiso fundamental: la erradicación de la pobreza. No podremos descansar mientras haya brasileños con hambre”.

Una docena de líderes latinoamericanos y mandatarios extranjeros  asisten a las ceremonias, que incluyen el juramento sobre la Constitución en el Congreso y el traspaso de la banda presidencial en el Palacio de Planalto.

Dilma se comprometió, en su juramento, a “mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”.