La bala no salió del arma de Fernando Sabag Montiel. Pero igualmente hizo temblar a todo el tablero político argentino, de izquierda a derecha y de arriba abajo, como pocas veces había sucedido desde el regreso a la democracia en 1983. El intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, por suerte -y según la víctima por la gracia de Dios y la Virgen– fue fallido. Mientras la Justicia avanza en la investigación para saber si hubo un plan organizado en el ataque, desde el entorno de la vicepresidenta dejaron trascender que podría aceptar una cumbre con Mauricio Macri, su máximo rival político, como gesto para distender el clima de violencia política que fue subiendo de temperatura en los últimos meses y que llegó a su clímax cuando Sabag Montiel gatilló el arma que falló.

En las últimas horas, el senador ultraK Oscar Parrilli no descartó que la exmandataria propicie una reunión con su sucesor en el sillón de Rivadavia.

“Ella nunca ha puesto límites para nada. No quiero hacer elucubraciones, el tiempo lo dirá, pero ella no ha puesto límites”, respondió durante una entrevista en El Destape radio cuando lo consultaron por una eventual cumbre. “¿No es descartable?”, quisieron confirmar los periodistas. “No, para nada”, fue la respuesta firme de Parrilli.

La interpretación política del kirchnerismo duro -de sus dirigentes y de sus medios afines- es que existió un grupo organizado que encaró el ataque, y que detrás hubo quienes lo planearon, posiblemente exagentes de Inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri.

Por su parte, el exmandatario estuvo este viernes de recorrida proselitista en la ciudad bonaerense de Junín y cuando fue abordado por un periodista local por la posibilidad de reunirse con CFK, tampoco la rechazó de plano:

“Con la Constitución sobre la mesa, sí”, fue la respuesta del expresidente.

Más tarde, consultado por el portal Infobae, el entorno macrista recordó que el “ámbito para ese tipo de diálogo y acuerdos es el Congreso” y remarcó que nunca hubo invitación formal por parte del oficialismo para un encuentro.

En su primera aparición pública tras el intento de atentado en la puerta de su domicilio en el barrio porteño de la Recoleta, Cristina Kirchner habló sobre la posibilidad de reunirse con personas de otro signo político y recordó su reunión con el economista Carlos Melconian, quien fuera director del Banco Nación durante la primera parte de la gestión Cambiemos.

“La gracia no es juntarse con los que piensan igual. La gracia es juntarse con los que piensan distinto y ver, si al menos en economía, podemos tener un acuerdo mínimo”, señaló la vicepresidenta.

La declaración de Macri en Junín suavizó la postura de los “halcones” de Juntos por el Cambio, grupo duro que el integra, y que en esa interna opositora “obligó” a la “paloma” Horacio Rodríguez Larreta a afirmar que para transformar el país se requiere de un vasto conjunto de acuerdos y del “más amplio apoyo político”, pero que “no es con todos” porque “no es con el kirchnerismo“.

¿La respuesta de Macri fue un reflejo ante una pregunta inesperada o hay vientos de cambio en la dura postura de la oposición? El tiempo dirá como se moverán las fichas de un tablero que por ahora sigue muy inestable.