Jorge Mancini es el líder del gremio de los trabajadores del CEAMSE, la empresa antiguamente conocida como Cinturón Ecológico Área Metropolitana que es propiedad, por partes iguales, de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mancini siempre ha respondido a Hugo Moyano, el líder histórico del gremio de Camioneros y titular de la CGT. Tanto es así que nunca el gremio de los “camioneros” del CEAMSE tuvo necesidad de encuadrarse en el sindicato “madre” que conduce ahora Pablo, el hijo mayor de Hugo.
El sindicalista Mancini denunció que el paro que convocó se debe a que la provincia y la Ciudad no cumplieron con el compromiso de construir dos plantas de reciclaje de basura. Tal ataque de “prudencia ecológica” de Mancini, en otro contexto valioso, resulta sugestivo sin embargo por varias razones.
¿La primera? Tiene lugar apenas unos días más tarde del monumental acto de Moyano en River, por el Día de la lealtad Peronista, en el que le reclamó a la presidente y a su esposo más espacio político para los dirigentes sindicales.
La segunda, todavía más obvia, es un golpe de billar a dos -o varias-bandas: le advierte a Scioli y a Macri, en principio, de lo peligroso que sería enfrentar al oficialismo y lo difícil que se pondría gobernar en ese caso con un Moyano molesto. Ningun gobernador o intendente soporta mucho tiempo con la basura en las calles.
Ya nadie duda de que la recolección de residuos es una herramienta formidable para hacer política, además de un negocio muy rentable o, en su defecto, una caja muy interesante para licuar activos de otros negocios.
El CEAMSE atiende a la Capital Federal y a 34 municipios del Conurbano. Según el ministro de Medio Ambiente porteño, Diego Santilli, se trata de más de 13 millones de habitantes que dependen de que este servicio estratégico se cumpla correctamente.
Aunque pueda parecer contradictorio, aquí también aparece el largo brazo de Moyano, para quien nada ni nadie que roce el negocio de la basura le resulta ajeno. Santilli llegó al Gobierno de la Ciudad en reemplazo de Juan Pablo Piccardo, un amigo de Mauricio Macri y ex gerente de una empresa tabacalera multinacional.
En el Ejecutivo comunal nadie ignora el enfrentamiento que protagonizaron Piccardo y Pablo Moyano, que a comienzos de 2009 casi llega a las vías de hecho en medio de una discusión por un negocio de limpieza de alcantarillas que el belicoso heredero de Hugo le reclamaba al ministro.
Con Santilli como ministro las cosas “se ordenaron”. En poco tiempo, la empresa que se atribuye a los Moyano, Covelia S.A., se quedó con un millonario negocio: el de los camiones “blancos” que recogían y trasladaban lo que juntaban los cartoneros en las calles porteñas. Poco después surgiría una nueva “oportunidad”, la Gripe A, y Santilli volvería a pensar en Pablo: unas coquetas camionetitas de Covelia recorrieron la ciudad en el invierno pasado con el fin de fumigar calles y parques.
Covelia recoge la basura en 12 intendencias del Conurbano. Y Moyano padre viene presionando desde hace tiempo a Macri para que le entregue a esa empresa una zona de la Ciudad, lo que obligaría en la próxima licitación a crear una sexta área en la Capital.
La relación de Pablo Moyano con esta compañía recolectora viene de hace tiempo. Nadie ha podido probar que los Moyano son los dueños, pero Pablo se presentó en varios municipios en compañía de los gerentes de Covelia para reclamarles a los intendentes que le entregaran el servicio de recolección: pueden dar fe de ello el justicialista Fernando Grey, en Esteban Echeverría, o el radical Daniel Molina, en Necochea. Hay testimonios grabados y fotos de esos encuentros y sus consecuencias, siempre favorables para Covelia y su promotor, Pablo Moyano.
Para dejar el miedo adherido a la memoria de Scioli y Macri -y de cualquier otro que pretenda interponerse en el camino de los Moyano-, Mancini, el titular del gremio del CEAMSE, advirtió hoy -apenas anunció el fin del paro- que persisten conflictos en las plantas de los partidos bonaerenses de La Matanza, Ensenada y La Plata.
Mancini habló después de la reunión celebrada en La Plata con Scioli, Santilli y autoridades del CEAMSE, cuando se anunció el acuerdo que levantó el paro de más de dos días. La reunión duró aproximadamente 15 minutos, pero ninguno de los asistentes explicó en qué plazo se construirán las plantas de reciclaje que reclamaba Mancini y por las cuales lanzó una huelga relámpago y salvaje de 48 horas.
Pero, más claro aún, Mancini afirmó que los trabajadores de su gremio están “en desacuerdo con la licitación” que iniciaron varios municipios para hacerse cargo de la gestión de los residuos, porque la consideró “en clara violación a dos leyes provinciales votadas en el 2006”.
Mancini subrayó que el tratamiento de los residuos domiciliarios “es una tarea indelegable del Estado, es una tarea que tiene que llevar adelante el gobierno de la provincia de Buenos Aires y no un municipio”.
Si bien ratificó que “se destrabó el conflicto con respecto al tema de la disposición de residuos del Area Metropolitana”, el sindicalista aclaró que “después los trabajadores hablaremos sobre qué va a pasar en Ensenada y qué va a pasar en González Catán”, La Matanza.
En esos dos distritos, gobernados por intendentes díscolos con Moyano y con el kirchnerismo nacional, los vecinos habían iniciado reclamos para que se muden las plantas de tratamiento de residuos, demandas a las que se sumó ahora el sindicato del CEAMSE.
Lo que se viene, como diría algún relator de fútbol, es en efecto el reciclaje. El paro impulsado por Moyano y “gestionado” por Mancini instaló el tema -esencial- de la necesidad de reciclar la basura, lo que por otra parte significa llevar el negocio original a una etapa superior. Como los municipios ya no pueden pagar más que lo que pagan por la recolección, ahora la provincia y la Ciudad deberán asignar cientos de millones de dólares al reciclaje. Y lo que no piensa permitir Moyano -según anticipó Mancini- es que ese enorme negocio vaya a perderse por las “colectoras” de los municipios. Y encima tienen dos leyes provinciales de su lado.
De esto no se habla en una reunión de 15 minutos, de este tema vienen hablando desde hace tiempo todos los protagonistas. Y en poco tiempo más se sabrá como sigue la película.
* Director de Gaceta Mercantil