Los candidatos del PT, Dilma Rousseff, y del PSDM, José Serra, definirán la elección en la segunda vuelta el último domingo de octubre. El PT no pudo forzar una segunda vuelta en San Pablo.
Al igual que le ocurrió a su mentor, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva en las dos elecciones presidenciales que ganó, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) no alcanzó a superar el 50 por ciento de los votos y tendrá que ir al balotaje contra el postulante del Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB).
Rousseff ofreció esta noche una conferencia de prensa en Brasilia en la que afirmó que va a encarar esta nueva etapa de la campaña “con mucha garra y energía” para que esta segunda vuelta sea “una oportunidad para presentar con mayor claridad” sus propuestas para ocupar los próximos cuatro años el Palacio del Planalto.
Dicho esto retomó la campaña y prometió hacer lo necesario en el gobierno para que los brasileños tengan “mayor consumo, oportunidades de trabajo, una salud equiparable a la de los países del primer mundo, y educación y seguridad pública de calidad”.
Luego agradeció a “la militancia querida” y agregó: “Somos bastante guerreros, afrontamos los desafíos y sabemos llegar a la gente a través del diálogo con la población y con los movimientos sociales”.
Durante el último mes las encuestas daban casi por descontado que Rousseff sería consagrada la primer presidenta mujer en los comicios de hoy, pero en esta última semana los sondeos comenzaron a mostrar la posibilidad de que la definición debería esperar hasta el 31 de octubre.
Serra punteó cómodamente las encuestas hasta mayo, pero luego fue ampliamente superado por Rouseff y centró su estrategia en forzar esta segunda vuelta. Con este objetivo, el PSDB se montó sobre una fuerte campaña de denuncias de corrupción que determinó la renuncia de la sucesora de la candidata del PT en la Casa Civil (equivalente a la Jefatura de Gabinete), Erenice Guerra.
Según evaluaron los analistas en los días previos, los ataques con acusaciones de corrupción más que sumarle votos a Serra beneficiaron a la candidata presidencial del Partido Verde, Marina Silva, que obtuvo en la jornada de hoy cerca del 19,39 por ciento de los votos.
Silva fue ministra de Medio Ambiente del gobierno de Lula hasta que en 2008 se fue dando un portazo. Meses más tarde, ya en 2009, abandonó las filas del PT para candidatearse a la presidencia por el Partido Verde.
Otra apuesta fuerte del PT era dar la batalla en segunda vuelta por la gobernación de San Pablo, pero no pudo ser. El candidato “tucano” (apodo de los miembros del PSDB), Geraldo Alckmin, sumaba el 50,62 por ciento de los votos cuando faltaban escrutar el 0,55 por ciento de los votos, seguido por el petista Aloizio Mercadante, con el 35,22 por ciento.
El distrito paulista, que es el mayor del país con el 23 por ciento del padrón, ha sido tradicionalmente reacio al PT. De hecho, Lula Da Silva, que inició su carrera gremial y política en San Pablo, nunca pudo ganar allí.
La nota de color de estos comicios la dio el popular payaso Tiririca, quien resultó el candidato más votado de todo el país para ocupar una banca en la Cámara de Diputados con 1,35 millón de sufragios. Uno de los slogans de su campaña, con afiches vestido de payaso, fue “Vote por Tiririca, no puede estar peor de lo que está”.
También se esperaba que resultaran electos en Río de Janeiro los ex futbolistas Romario, como diputado federal, y Bebeto, como diputado estadual. Ambos fueron los integrantes titulares de la delantera del seleccionado brasileño que ganó el Mundial de 1994 en Estados Unidos.