A tiempo, el Poder Ejecutivo presentó el presupuesto 2011 en la Cámara de Diputados como corresponde. Se prevé una inflación de menos del 10 % y una variación del dólar, administrado por el Banco Central, de no más de un 3,8%.
Un dólar de 3,95 pasará a valer 4,10 pesos a fines de 2011, con lo cual no va a seguir el ritmo de la inflación, ni la real ni la del INDEC, y esto significa que los precios de los bienes y servicios que se producen en Argentina van a subir en dólares.
Un producto o servicio que vale hoy 1.000 pesos, con un dólar a 3,95 equivale a U$S 253 . Con una inflación del 9% valdrá 1.090 pesos o 265 dólares a fines de 2011, es decir que en dólares el producto habrá aumentado un poco más del 5%.
Pero no todos confiamos en las cifras del INDEC. Si atendemos a las discusiones anuales de los gremios en sus negociaciones paritarias y pensamos en una inflación del 25%, lo que hoy vale 1.000 pesos valdrá 1.250 pesos a finales de 2011, o 305 dólares. En este caso los precios en dólares aumentarán un 20,5%.
Esto va a afectar tanto a nuestro comercio exterior como al mercado interno. Productores con bienes o servicios más caros en dólares compiten desventajosamente con otros productores de los mismos bienes y servicios más baratos en dólares. Con productos cada vez más caros en dólares es muy difícil dejar de ser el granero del mundo y pasar a ser la góndola del mundo como pretende la presidente Cristina Fernández. Además, y por el contrario, productos y servicios producidos en el exterior serán más baratos y competitivos en el mercado interno, porque nuestros salarios actualizados por la inflación también aumentarán en dólares. Y esto no solo nos permitirá comprar un bien o un servicio cotizado en dólares con menos esfuerzo si no que traccionará hacia el alza a bienes o servicios nacionales cotizados en pesos y eso afectará al mercado interno.
Tomemos por ejemplo un simple café. Un café en un hotel cinco estrellas vale tres dólares y a fines de 2011 nos costará menos esfuerzo ternerlos para ir a tomarnos un café a ese lugar, pero además, poco a poco, el café en el bar de la esquina irá aumentando su precio en dólares y -como ya hemos vivido- llegará el momento en que costará lo mismo, lo cual ya sabemos que es un sinsentido.
El turismo genera mucha actividad económica. Como sabemos, funciona como una exportación cuando somos receptores de turistas extranjeros. ¿Por qué le gusta tanto a los extranjeros venir a nuestro país? Por muchas razones, seguramente, pero fundamentalmente porque vacacionar en Argentina es más barato que hacerlo en otras partes. En realidad ya no lo es tanto y lo triste es que en 2011 será más caro hacerlo en el país. El resultado será que la “industria sin humo” producirá menos divisas. Simultáneamente, los argentinos de vacaciones en el exterior funcionan como una importación: lamentablemente será más barato hacerlo y el resultado será que quedarán menos divisas en el país.
No estamos igual que en el “deme dos” porque en aquella época conseguíamos divisas con deuda y ahora lo hacemos imprimiendo pesos, pero ese es otro tema.
* El autor fue Secretario de Control Estratégico de la Jefatura de Gabinete de Ministros y actualmente es asesor en el Poder Legislativo.