La campaña para las presidenciales de 2011 comenzó con la foto de Héctor Magnetto con la AEA y la UIA. En respuesta el Gobierno caducó la licencia de Fibertel. No será la última.
Las repercusiones de la decisión de caducarle la licencia a Fibertel, la empresa de Internet por banda ancha del Grupo Clarín, revelaron que la guerra entre el Gobierno y las huestes de Héctor Magnetto no tiene marcha atrás, a pesar de lo que pensaban hace un par de meses algunos suspicaces.
La primera andanada de munición gruesa en esta fase del enfrentamiento fue lanzada por el propio Magnetto cuando, a pedido de dirigentes políticos y empresarios en la oposición, acordó organizar una serie de cenas con todos aquellos que se encontraban en la vereda de enfrente de los Kirchner, las hizo conocer, y trás cartón posó en una foto con los directivos de las entidades gremiales empresarias AEA y UIA, incluso con algunos que aseguran frente a quienes quieran escucharlos que este modelo no debe cambiarse por nada del mundo.
Pero yendo de lleno a las repercusiones, lo primero que hizo Clarín fue “arroparse” detrás de su millón de clientes y advertir que éste era otro ataque más a la libertad de expresión. Esta línea siguieron Elisa Carrió y otros dirigentes de la oposición: por suerte a Lilita no se le ocurrió decir que “todos somos Fibertel”, como cuando se abroqueló detrás de los hijos de Ernestina Herrera de Noble.
El caso de Fibertel es singular y da para muchas confuciones, antes incluso de que los abogados de Clarín se dediquen a embarullar todo (para eso cobran, sí).
Claramente, si los clientes de un servicio perciben que pueden quedarse sin él de manera abrupta o deben ponerse a hacer trámites para cambiar de proveedor, todo por una decisión administrativa del Estado, tal decisión nunca puede ser simpática.
Rápido hay que decir que, más allá de los meandros legales en los que los letrados del Grupo Clarín quieran introducir esta cuestión, de ningún modo se trata de una decisión gubernamental que afecte los derechos de los usuarios. Y tampoco se trata de una medida que altera las condiciones del mercado porque Fibertel disponía sólo del 25% de los clientes de banda ancha contra el 32% de Speedy-Telefónica y el 30% de Arnet-Telecom. El 13% restante está en manos de cooperativas en el interior del país.
Otra cuestión es si en 90 días las empresas existentes podrían absorver a los clientes de Fibertel. Y si lo harían, además, en iguales condiciones de calidad.
La discusión sobre Fibertel no es regultoria. Nadie acusó al Grupo Clarín de ejercer tal posición en este caso. Es sólo una cuestión legal que, sí, como ya hemos dicho, “se dejó pasar” durante ocho años. Pero ya no.
Fibertel es, en rigor, la segunda etapa de un proceso que comenzó no hace mucho con el rechazo a la transferencia de acciones de la radio rosarina LT8 de manos del empresario Orlando Vignati a una empresa del Multimedios Uno, de los mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano. Y la próxima etapa ya está en marcha, según aseguró Clarín anteayer, porque el COMFER está metiendo la nariz en la cuestión de las licencias de TV por cable en las principales ciudades del interior.
Debe señalarse que en los tres casos lo que está aplicando el Gobierno es la Ley de Radiodifusión existente, no la nueva Ley de Medios, que espera una definición de la Corte Suprema en el artículo 161 que prevé que los multimedios deben desprenderse de activos en un año a partir de la vigencia de la norma.
Sin duda, Telefónica y Telecom están en mejores condiciones de “pasar la red” y llevarse a los mejores clientes de Fibertel, pero al final del camino -si se llega- lo que habrá serán dos grandes compañías con un 40% del mercado, cada una, y una tercera red de cooperativas eléctricas que ya brindan el servicio en las ciudades del interior y que, seguramente, se quedarán con los clientes de Fibertel allí.
“Éste es un mercado mucho menos concentrado que el del cable. Se ve que De Vido y Namuncurá (Ceferino, jefe de la Comisión de Comunicaciones) le encontraron la vuelta administrativa para golpear al Grupo en medio de la guerra y mostrar hasta qué punto está diversificado. Pero económicamente el mercado de Internet no es monopólico y eso se ve en los precios, que en relación son mucho más bajos que los del cable”, admitió ante “Gaceta Mercantil” un funcionario K que sigue de cerca la pelea con el holding de Noble y Magnetto.
En efecto, tal como señala la fuente es menos concentrado, con lo cual lo hace elástico a una mayor concentración. Y prepara el terreno para lo que se viene: la exigencia a Clarín de que entregue licencias o venda abonados en todas las ciudades donde no tiene competencia.
Una vez publicada la resolución 100 de la CNC en el Boletín Oficial, el viernes, los abogados de Clarín salieron a animar a los usuarios de Fibertel a iniciar acciones de amparo para que no se les corte el servicio en 90 días, como dicen que amenazó De Vido que ocurriría. En realidad, ese plazo es un ultimátum pero es difícil que se cumpla. El Gobierno prevé ampliarlo lo que haga falta pero no piensa retroceder. “No es posible tolerar que alguien opere una licencia cuando no la tiene, ningún capitalista serio lo aceptaría en su sano juicio”, corría ayer por derecha a Clarín una alta fuente del Gobierno que aceptó hablar en off con “Gaceta Mercantil”.
En rigor, aunque no se concrete el cierre de Fibertel, parte del daño ya habrá sido hecho porque varios miles de sus abonados seguramente migren preventivamente a otro proveedor “más seguro”. También puede perjudicar tangencialmente a Cablevisión-Multicanal, por el difundido hábito de contratar internet con la misma empresa a la que se le compra el servicio de cable.
Por el cable y la web, Clarín facturó más de $ 3.100 millones en 2009, cerca del 60% de los $ 4.895 millones que facturó en total el Grupo, según su último balance.
La avanzada gubernamental del jueves también tuvo su correlato en la City. La acción de Clarín cayó un 8,1% entre las ruedas del jueves y el viernes y la de Telecom trepó un 0,6%. Los operadores intuyen que en muchas localidades del interior, donde la única competencia de Fibertel es Arnet, la proveedora telefónica tendrá un rápido crecimiento.