Un nuevo ataque atribuido a la violencia narco terminó este jueves en Rosario con el incendio parcial de una comisaría en el barrio Ludueña, al noroeste de la ciudad, que destruyó un auto y causó daños a otros vehículos estacionados en las inmediaciones, dos de ellos de agentes que estaba en servicio.
El hecho se produjo en las primeras horas de ayer cuando varios delincuentes jóvenes arrojaron bombas incendiarias sobre el frente de la comisaría 12°, ubicada en la intersección de Solís y Casilda.
El fuego destruyó un Volkswagen Gol Trend, cuya propietaria era una agente de policía que estaba de turno, aunque también alcanzó a otros tres: un Chevrolet Cruze, una Peugeot Partner -secuestrada por orden judicial- y un Chevrolet Corsa.
Precisamente, el Corsa pertenece a otro agente, quien alcanzó a retirar el vehículo antes de que sufriera daños mayores.
Como consecuencia de este hecho, la policía demoró a tres jóvenes, entre ellos un menor de edad, quienes quedaron a disposición del fiscal de turno.
Por el momento los investigadores manejan dos hipótesis sobre este ataque: que el blanco elegido era el rodado de la mujer policía; o bien la Peugeot Partner, en este caso con el fin de borrar las huellas de algún delito cometido.
Así quedó el auto particular de una agente que estaba de servicio.
El entrenador de Rosario Central, Miguel Ángel Russo, se refirió a las “complicaciones” que debió afrontar en el mercado de pases durante las negociaciones para traer refuerzos, ya que “hay futbolistas que no quieren vivir” en la ciudad santafesina por el alto nivel de inseguridad.
“Las complicaciones del libro de pases fueron muchas. Nos encontramos con esposas (de jugadores) que no quieren venir a vivir a Rosario. Es una realidad, es muy duro y me duele decirlo pero chocamos contra eso también”, lamentó el técnico, siempre ajeno a las declaraciones grandilocuentes.
Rosario terminó el 2022 con al menos cuatro crímenes, entre ellos un doble homicidio, cometidos el 31 de diciembre en tres barrios de esa ciudad, donde los asesinatos solo por la violencia narco ascendieron a 287 el año pasado, cifra que superó a la mayor marca registrada en 2013 en ese departamento santafesino, informaron fuentes judiciales.