“Boca volvió a ser un club de fútbol”, es la frase que más le gusta repetir a Juan Román Riquelme desde que se convirtió, en diciembre de 2019, en el dirigente más importante de la institución “xeneize”. De esa manera, el máximo ídolo de la historia “azul y oro” explica que -ahora- todo el mundo que trabaja en Boca quiere mejorar para transformar a su club en algo superior y no para utilizarlo como trampolín a otro objetivo personal fuera del ámbito deportivo.
En la vereda de enfrente a la suya, Riquelme ubica al expresidente del club y luego de la Argentina, Mauricio Macri, y a quien ocupó el lugar de vicepresidente 1° en la fórmula que lo llevó de nuevo a Casa Amarilla, Mario Pergolini, quien renunció con fuerte críticas porque no lo dejaban imponer sus ideas en el área comunicacional del club (y en el desarrollo de esas negocios).
Este lunes, mientras los hinchas de Boca todavía están afónicos de gritar en los festejos de anoche por una nueva vuelta olímpica, Pergolini le bajó el precio a ese título.
“Qué muchachos estos de Racing, eh”, abrió el conductor su programa en radio Vorterix. “La verdad que nosotros, somos campeones pero bueno… pero la verdad es que somos menos peores que el resto”, analizó Pergolini, con pocas ganas de celebrar la consagración del club de sus amores.
Más llamativa es, aún, la ausencia de manifestaciones del exjefe de Estado en redes sociales sobre el título número 73 del club de la Ribera. Durante toda su carrera política, Macri se caracterizó por resaltar siempre los triunfos “xeneizes” y hasta se permitió chicanear a los hinchas de River.
Pero esta vez, por lo menos hasta este lunes al mediodía, a más de 14 horas de la consagración, el exmandatario, que en la política interna del club se opone a Riquelme y lo cuestiona cada vez que tiene oportunidad, no había saludado a los campeones ni compartido la alegría de los hinchas.
¿Tiene razón Riquelme cuando desliza que Pergolini y Macri no son tan hinchas de Boca como hinchas de sus proyectos personales fuera del fútbol?