En otra de sus recorridas con olor a campaña electoral para el 2023, el expresidente Mauricio Macri visitó uno de los lugares del país en los que juega “de local”: Córdoba. Sin embargo, a pesar de los aplausos y fotos que cosechó en las peatonales céntricas de la capital provincial, el exjefe de Estado “patinó” cuando quiso criticar el funcionamiento de Vialidad Nacional durante la presidencia de Cristina Kirchner y terminó reconociendo que durante su gobierno no se pudo terminar una autopista en la provincia que le dio un aluvión de votos para llevarlo a la Casa Rosada en 2015 y para maquillar la derrota frente a Alberto Fernández en 2019.
Entrevistado en la radio Cadena 3, Macri quiso aprovechar el envión mediático-judicial del pedido de 12 años de prisión contra Cristina Kirchner en la causa Vialidad para enarbolar la bandera anticorrupción de la gestión Cambiemos. Pero terminó admitiendo que el Estado le entregó la obra de la autopista Córdoba-San Francisco a una empresa que no terminó su trabajo.
“Demostramos que se puede gobernar honestamente, sin corrupción. Donde se ve con claridad la diferencia entre lo que fuimos nosotros y el anterior gobierno kirchnerista es en Vialidad Nacional. Si uno analiza lo que escuchamos de los fiscales… con la Vialidad de Cambiemos no se vendían pliegos. El día que se vencían aparecían todos en Internet”, detalló.
“El récord fue para la autopista San Francisco-Córdoba, se presentaron 35 compañías y eso permitió bajar el precio a la mitad de lo que costaba durante el kirchnerismo”, elogió.
Pero entonces fue cuando los periodistas lo interrumpieron: “Esa autopista no se terminó”.
Macri ensayó una justificación pero no había manera de salir bien parado: “No, lamentablemente quedó un tramo sin completar porque a la empresa constructora le fue mal”, señaló, obviando la responsabilidad del Estado en la elección de esa firma para entregarle una obra vial tan importante para Córdoba.