El aterrizaje de Sergio Massa al Poder Ejecutivo a comienzos de agosto para agarrar el fierro caliente del ministerio de Economía sirvió para que hubiera una tregua dentro del Gobierno entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, pero a poco más de dos meses y medio del “armisticio” dentro del Frente de Todos (FdT), el problema que recalienta la interna oficialista volvió a salir a la luz en declaraciones y cruces entre dirigentes ultraK y otros convocados por el jefe de Estado pero que no son “albertistas puros”, de los que ya casi no quedan en el Gabinete o primeras líneas de la gestión.
El “quid” de la cuestión es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando no. Aunque pareciera haber ocurrido hace siglos por el vértigo de los acontecimientos en el país, la salida de Martín Guzmán del Palacio de Hacienda fue el pasado 2 de julio.
Esa renuncia destapó la olla del “cristinismo” que nunca pudo aceptar las metas del acuerdo renegociado por el otrora ministro estrella del ala “albertista” del Gabinete. Las giras de Massa a Estados Unidos y el éxito de sus primeras gestiones ante el organismo crediticio multilateral y el acopio de reservas -al menos para aprobar las primeras revisiones- gracias al “dólar soja” aquietaron las aguas dentro del FdT.
Pero la inflación que no frena volvió a aumentar la protesta en la calle y el malhumor social. Y otra vez salió la misma espada mediática del lado del cristinismo que se había encargado de horadar a Guzmán hasta su salida: el referente de “La Cámpora”, Andrés “Cuervo” Larroque.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense dijo en la previa a un fragmentadísimo Día de la Lealtad peronista que el acuerdo con el FMI estaba “caído de hecho” y que las reuniones de Massa en Washington eran para renegociar los términos porque no se iban a poder cumplir las metas futuras que había firmado Guzmán.
“Tenemos que discutir por supuesto cómo vamos a resolver este acuerdo con el Fondo, que nos habían prometido que era la panacea y estamos viendo en poco tiempo una verdad elocuente e indisimulable que lo que se había dicho no ocurrió y que no era tan beneficioso este acuerdo. Hoy estamos en una situación muy compleja que tenemos que ver cómo resolver a futuro”, manifestó Larroque la semana pasada a FM La Patriada.
Luego de un 17 de Octubre que mostró las grandes diferencias dentro del sindicalismo que apoya (más fuerte o más débilmente al Presidente), el FMI volvió a ser el tema de consulta cuando este miércoles Juan Manzur, el jefe de Gabinete que tuvo que desmentir rumores de un alejamiento del cargo en un futuro a mediano plazo, salió al cruce del “Cuervo”.
“No no, para nada”, manifestó el dirigente tucumano cuando le preguntaron si estaba caída el acuerdo con el Fondo.
“Se llegó al mejor acuerdo posible sobre una deuda que no tomamos nosotros. Seguimos en tratativas para estabilizar la economía y cuidar a los más débiles”, señaló. Y volvió a apuntar a la gestión anterior, la de Mauricio Macri: “Desde ahí, se debe entender el camino que está transitando la Argentina para pagar una deuda irresponsable.
En cuanto a su rol como jefe de Gabinete y las versiones sobre su supuesto alejamiento, Manzur sostuvo: “Las elecciones en Tucumán son el año que viene y es muy prematuro para hablar de candidaturas. Sigo trabajando a la par del Presidente como jefe de Gabinete y el año que viene se conversará con Alberto Fernández”.
Así, el tucumano se plantó ante Larroque pero mostró que cada uno de los ministros que no son del sector “ultracristinista” cuida su “quintita” a la hora de declarar y dejan la puerta abierta para una salida del Gobierno de Alberto Fernández para cuidar su “pago chico”. Mientras tanto, en esta lucha de poder a un año de las elecciones, la temperatura en Casa Rosada vuelve a subir luego 75 días de tregua.