El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, y el jefe de Asesores de esa cartera, Leonardo Madcur, viajaron este lunes a Washington para intentar cerrar luego de largar negociaciones el nuevo acuerdo técnico con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que permita reformular el programa vigente y adelantar desembolsos para apuntalar las reservas del Banco Central (BCRA).
Como gesto de “buena voluntad”, el ministerio de Economía pagó el viernes pasado los vencimientos de junio al FMI sin usar dólares sino DEGs (Derechos Especiales de Giro) y yuanes, en un monto equivalente a US$ 2.700 millones que conformaban el compromiso previsto para finales de junio.
Casi en simultáneo, el FMI, a través de la directora de Comunicaciones del organismo multilateral, Julie Kozack, emitió una declaración después de una reunión informal de rutina del Directorio Ejecutivo sobre Argentina que tuvo lugar el viernes.
“El personal del FMI y las autoridades argentinas continuarán avanzando en su trabajo conjunto en los próximos días, con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre la quinta revisión del programa” respaldado por el Fondo, señaló el comunicado.
Esta reunión sobre la Argentina y el comunicado posterior dan indicios de que el Fondo está comprometido con el país para intentar alcanzar un acuerdo, en función del pedido de la Argentina de adelantar fondos y computar de alguna forma el impacto que tuvo la sequía sobre la baja de reservas y en la economía nacional.
En base al programa aún existente, si Argentina supera la quinta revisión del acuerdo el FMI enviaría unos 3.000 millones de DEG -equivalentes a casi US$ 4.000 millones- en caso de obtener el aval del organismo crediticio multilateral.
El objetivo del Gobierno es que el desembolso sea mayor a ese monto, hasta el equivalente a fondos de lo que restan en el semestre, por unos US$ 10.600 millones, para ayudar a paliar el impacto de la sequía en las reservas.