Una denuncia del Fiscal General estadounidense, Eric Holder, le abrió al camino a la nueva estrategia internacional de Washington. ¿En busca de una nueva hipótesis de conflicto global?

Un iraní fue retenido en México y llevado a Nueva York, acusado de participar de un complot para asesinar al embajador saudí en EE.UU. y atentar contra su embajada y la de Israel. Con Al Qaeda en extinción, el aparato de seguridad norteamericano da vuelta la hoja.

Por Jorgelina Perez

Estados Unidos tiene un nuevo objetivo en su política exterior: a poco más de un año de la elección presidencial, la Administración Obama acusó a Irán de pergeñar un complot para matar al embajador de Arabia Saudita en Washington y planificar atentados contra las sedes diplomáticas saudita e israelí, y anticipó que buscará \”aislar aún más\” a ese país de la comunidad internacional.

Eliminado el líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, en una operación secreta en Pakistán, el gobierno norteamericano parece haber encontrado otro \”enemigo público\”: el mandatario iraní Mahmud Ahmadineyad.

El Departamento de Justicia estadounidense anunció este martes el desmantelamiento de un supuesto complot \”concebido, financiado y dirigido desde Irán\” para asesinar al embajador saudita en Washington, Adel Al-Jubeir, y atentar contra las sedes diplomáticas de ese reino y de Israel en la capital estadounidense.

Según publicaron las cadenas \”ABC News\” y \”CNN\” en sus portales de Internet, entre los supuestos objetivos terroristas también estaban las embajadas saudita e israelí en Buenos Aires, aunque ninguna de ellas está incluida en la demanda penal presentada en Nueva York.

La Casa Blanca informó que la operación se descubrió gracias a que un agente norteamericano viajó a la ciudad mexicana de Reynosa, en el norteño estado de Tamaulipas, donde se hizo pasar por narcotraficante del temible cartel de la droga \”Los Zetas\” supuestamente interesado en concretar el ataque terrorista a cambio de un millón y medio de dólares, y allí contactó a los iraníes presuntamente encargados del operativo. (Ver recuadro).

Luego de que el fiscal general (ministro de Justicia), Eric Holder, vinculara a Irán con el desbaratado complot, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció que su país consultará con sus aliados sobre posibles mecanismos para \”aislar más\” al gobierno de Ahmadineyad de la comunidad internacional.

Sin embargo, funcionarios del gobierno iraní salieron a desmentir la denuncia estadounidense y acusaron al gobierno de Obama de presentar un \”escenario prefabricado para desviar la atención de la opinión pública norteamericana de los problemas internos de Estados Unidos\”.

\”El gobierno estadounidense y la CIA tienen una larga experiencia en desviar la atención de la opinión pública de los problemas internos de Estados Unidos. Ahora habrá que esperar a conocer los detalles de este escenario prefabricado para descubrir los objetivos del gobierno norteamericano\”, afirmó a la agencia de noticias francesa AFP Alí Akbar Javanfekr, consejero de prensa del presidente iraní.

En tanto, el portavoz de la cancillería, Ramin Mehmanparast, coincidió en que las acusaciones son un \”guión prefabricado\” y un \”espectáculo ridículo\”. \”Estos comportamientos anticuados están basados en las viejas políticas hostiles sionistas y estadounidenses, y son un espectáculo ridículo para provocar divisiones\”, subrayó Mehmanparast a la agencia semioficial Fars.

La agencia de noticias Mehr fue en la misma línea y aseguró que Estados Unidos \”inició una nueva ronda de guerra psicológica contra Irán para distraer a la opinión pública, pero las acusaciones son ridículas\”.

Las medidas que buscaría Washington contra Teherán podrían incluir el impulso de nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras unilaterales por parte de sus aliados, desde la Unión Europea hasta Australia.

Para empezar, el Departamento del Tesoro anunció medidas contra cinco individuos supuestamente relacionados con el plan.

Los acusados. La Casa Blanca y sus secretarías de Estado se encargaron de difundir los detalles del entramado: según informó Holder, un iraní de 56 años naturalizado estadounidense e identificado como Mansor Arbabsiar, fue detenido el 29 de septiembre pasado en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York cuando volvía de México, adonde se había reunido en varias oportunidades con el agente encubierto que actuó como falso narcotraficante.

En tanto que otro iraní, llamado Gholam Shakuri y miembro del grupo de élite militar Al Qods, con base en Irán, permanece prófugo, probablemente en Irán. Ese grupo es el brazo de élite de los Guardianes de la Revolución iraníes, que varias veces fueron acusados por la Administración Obama de patrocinar atentados contra fuerzas aliadas en Irak, y de apoyar \”actos terroristas\” en todo el mundo.

Holder indicó que ambos iraníes planificaron un atentado que podría haber incluido la explosión de una bomba en Washington, probablemente en las embajadas de Arabia Saudita o de Israel.

El presidente Barack Obama estaba al tanto de ese intento de ataque desde junio pasado. Según el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tommy Vietor, el presidente \”dio instrucciones a su Administración para que aporte todo el apoyo necesario a esta investigación\”.

Según Vietor, la desarticulación de la trama representa \”un logro significativo\” de los servicios de Inteligencia y de seguridad, y agregó que el mandatario está \”enormemente agradecido por su trabajo excepcional en esta instancia y muchas otras\”.

Tras su detención, el Departamento de Justicia acusó a Arbabsiar ante un juez en Nueva York de formar parte de un complot \”dirigido por facciones del gobierno iraní para asesinar a un embajador extranjero en suelo estadounidense, mediante explosivos\”, detalló Holder.

Sin embargo, el defensor de oficio designado para el acusado, afirmó que \”se declarará no culpable\”.

Reacciones de repudio. Apenas se difundió el supuesto complot, Arabia Saudita salió a tildar de \”despreciable\” el presunto plan iraní para asesinar a su embajador en Estados Unidos, señalando que viola \”los principios de humanidad\”.

A través de un comunicado difundido por la Embajada en Washington, el reino agradeció a \”los organismos responsables del gobierno de Estados Unidos por prevenir un acto criminal\”.

\”El complot es una violación despreciable de la normativa internacional, los estándares y convenciones y no está en consonancia con los principios de humanidad\”, indicó la legación saudita.

Por el mismo mecanismo, México señaló que el descubrimiento del supuesto complot neutralizó un \”riesgo\” para su seguridad nacional.

El operativo, bautizado \”Coalición Roja\”, comenzó en mayo, cuando Arbabsiar entró en contacto con el agente encubierto de la Administración Antidrogas (DEA) de Estados Unidos en territorio mexicano.

Sin embargo, la Cancillería mexicana informó que el Instituto Nacional de Migración (NM) de ese país impidió el 28 de septiembre el ingreso de Arbabsiar a su territorio \”en virtud de no cumplir con los requisitos de internación\”.

El subsecretario para América del Norte, Julián Ventura, explicó que el iraní-norteamericano contaba con una orden de arresto de una corte de Estados Unidos por delitos graves y por eso fue \”regresado al punto de inicio de su viaje (y) arrestado en una escala en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York\”.

Ventura, que se limitó a dar esa información pero no permitió preguntas de la prensa, no aclaró si Arbabsiar mantuvo entrevistas con el agente encubierto de la DEA en México o si había ingresado en otras oportunidades al país.

\”La mencionada orden de arresto dio pauta para que el INM emitiera una alerta migratoria conforme a los procedimientos establecidos\”, se limitó a señalar.

Tensión en aumento. Las afirmaciones y advertencias de la Casa Blanca a Teherán prometen generar un aumento en las tensiones entre ambos países, menos de un mes después de que el gobierno de Ahmadineyad liberara a dos montañistas estadounidenses que estuvieron encarceladas en el país persa durante más de dos años acusados de espionaje.

Días atrás, la agencia iraní Fars, ligada al Cuerpo de Guardianes de la Revolución iraní indicó que las fuerzas navales de ese país se enfrentaron cuarenta veces con la Armada de Estados Unidos en las aguas del golfo Pérsico entre 1986 y 1988, al final de la guerra entre Irán e Irak.

Además, en los últimos meses, diversos mandos militares insistieron en que las bases y buques de Estados Unidos en Oriente Medio están al alcance de sus misiles, lo mismo que el territorio de Israel, sus dos grandes enemigos.

Hace pocos días, señalaron que el portaaviones estadounidense \”George H.W. Bush\”, que llegó recientemente al golfo Pérsico, es un blanco fácil para las pequeñas lanchas rápidas de combate iraníes y puede ser hundido fácilmente. Y también amenazaron con cortar el estratégico estrecho de Ormuz, la boca del golfo Pérsico, por donde pasan los petroleros que transportan el 40% del crudo que consume el mundo.

La guerra ideológica y cultural entre Washington y Teherán es de vieja data. La historia de advertencias mutuas es conocida.

Lo que no está claro aún es cuánto aprovecha Estados Unidos las amenazas de Irán para ponerlo como el gran enemigo a vencer por la comunidad internacional. Y cuán reales son los rechazos del régimen persa sobre su inocencia total en el supuesto complot desbaratado.

En las próximas horas se vislumbrará el apoyo internacional al reclamo de la Casa Blanca para \”aislar aún más\” al país asiático, y sólo el tiempo revelará si se trata de un enemigo con peligros potenciales inventados, como lo fue Irak, o si las advertencias eran acertadas.