La rebelión de la Policía Nacional en Ecuador concluyó anoche con el violento rescate del presidente Correa a manos del Ejército. El comandante de la Policía renunció hoy.
El comandante de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, renunció a su cargo tras la revuelta policial que provocó un caos institucional y terminó en un violento enfrentamiento con militares y en el secuestro del presidente, Rafael Correa, durante varias horas.
El saldo de la revuelta fue de tres muertos en Quito y dos en Guayaquil, y de al menos 193 heridos en total. La dimisión de Martínez fue confirmada por el portavoz de la fuerza.
“Anoche me dijo que presentó la renuncia. Hoy lo anunciará en conferencia de prensa”, declaró el portavoz. Además, la noticia fue confirmada por varios medios ecuatorianos.
Tras la violenta jornada, Ecuador parecía regresar poco a poco a la calma, pero aún los policías no retornaban a sus actividades habituales, según reportes de radios locales.
Correa, se dirigió anoche a miles de sus partidarios en la Plaza de la Independencia tras ser liberado del hospital donde estaba recluido desde el mediodía. La crisis dejó al menos dos muertos y 88 heridos, según indicó la Cruz Roja.
Correa saludó a sus simpatizantes que lo esperaban frente a la sede del Ejecutivo, y aseguró: “Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno que sólo busca el buen vivir”, señaló. “Hay muchos infiltrados de partidos políticos bien conocidos”, sostuvo el presidente para explicar los motivos de la revuelta.
Agradeció a los ciudadanos que fueron a “rescatarlo” al hospital y que, según dijo, fueron recibidos con “gas pimienta, gas lacrimógeno, con pedradas”, supuestamente por policías sublevados.