Tras ser rescatado por fuerzas especiales, el presidente le habló a una multitud desde los balcones de la sede del Gobierno y acusó al ex coronel golpista Lucio Gutiérrez y a “cierta oposición retrógrada” de impulsar a los policías sublevados. Advirtió que nada de lo que ocurrió “quedará impune”.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa acusó a “cierta oposición retrógrada” y al ex coronel golpista Lucio Gutiérrez de estar detrás de los rebeldes policías que lo “secuestraron” hoy durante más de 12 horas en el Hospital Policial de Quito, pero remarcó que tras su liberación por parte de fuerzas de elite del Ejército se ha visto fortalecida la “revolución ciudadana” que su movimiento PAIS impulsa.
Correa habló a una multitud que lo esperaba en la plaza frente al Palacio de Corondelet, la sede del Gobierno, y, emocionado, agradeció a los miembros de su gabinete, a los militares y a la custodia presidencial por su “valentía”, y a los miles de manifestantes que se mantuvieron en las calles a pesar del peligro.
El presidente remarcó que muchos de los policías rebeldes “no habían leído siquiera la ley” que sancionó el Legislativo, y que según les dijeron les quitaba una serie de beneficios económicos.
Cerca de las 22 hora de Quito (23 hora argentina) varios grupos de militares de las fuerzas especiales comenzaron a ingresar al edificio del Hospital de la Policía donde un grupo de uniformados rebeldes mantenían retenido al presidente.
Miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) tomaron hoy el aeropuerto internacional de Quito, lo que obliogó a que se suspendieran las operaciones aéreas, en adhesión a la medida de fuerza que llevaban adelante desde más temprano cientos de efectivos en el principal regimiento de la ciudad capital, pero también fueron tomados los cuarteles de Guayaquil y Cuenca.
El presidente Correa se presentó en el Regimiento Quito de la Policía Nacional, en plena protesta, y aseguró que no daría “ni un paso atrás” en su decisión. “Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa y si quieren traicionar su misión de policías, traiciónenlos”, arengó.
“Este presidente, nuestro gobierno, seguirá haciendo lo que tiene que hacer”, agregó Correa, quien enfrentó hoy la primera crisis de este tipo desde que llegó al poder en 2007.
El mandatario, acompañado de su ministro de Interior, Gustavo Jalkh, se desplazó hacia el cuartel, donde trató de apaciguar las protestas en medio de abucheos de los manifestantes, tras lo cual se mostró aún más desafiante: “Señores, si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana, mátenlo si tienen poder, mátenlo si tienen valor en vez de estar en la muchedumbre cobardemente escondidos”.