El \”Freedom Ship\” mediría 1.370 metros de largo, cuatro veces más que los mayores cruceros de la actualidad y albergaría a 50.000 personas. El proyecto se encuentra en pleno proceso de captación de inversores.

Una ciudad flotante y móvil donde vivir, trabajar o pasar las vacaciones, que incluya escuelas, hospitales y parques. Un sueño de muchos amantes de la navegación podría convertirse pronto en realidad.

La exótica idea la desarrolló una empresa de Florida, Estados Unidos, que piensa construir un barco-ciudad con capacidad para unas 50.000 personas pero con una particularidad: debido a su tamaño no podrá atracar en ningún puerto sino que sus pasajeros deberían trasladarse a tierra en pequeñas avionetas o hidroaviones.

El “Freedom Ship” (“Barco Libertad”) mediría 1.370 metros de largo, cuatro veces más que los mayores cruceros existentes en la actualidad.

La particular propuesta de la empresa Freedom Ship International no es nada económica: costaría unos 10.000 millones de dólares e incluiría todo tipo de tiendas y negocios, además de departamentos con un costo de hasta un millón de dólares, según su tamaño y comodidades.

Quienes deseen atravesar esta particular experiencia navegando continuamente alrededor del mundo, podrán comprar un departamento alfombrado con aire acondicionado, cocina completa, baño y todo tipo de lujosos detalles.

Pero no sólo podrán disfrutar del barco quienes tengan los suficientes dólares como para comprar una “vivienda” allí. El buque también tendrá un espacio para unos 30.000 visitantes diarios, además de 20.000 tripulantes para asistir a los privilegiados navegantes.

El “Freedom Ship” pesaría 2,7 millones de toneladas, lo que implica que sería demasiado grande para entrar en cualquier puerto, por lo cual sus ocupantes deberían llegar a tierra en pequeñas avionetas o hidroaviones.

Se prevé que el 70 por ciento del tiempo el barco estará navegando en alta mar y el 30 por ciento restante moviéndose entre las grandes ciudades del mundo.

El proyecto se encuentra en pleno proceso de captación de inversores, algo que los propios empresarios reconocen difícil en la actual situación económica.