El ministerio ruso de Defensa informó que las tropas ucranianas y los mercenarios extranjeros están rodeadas y completamente bloqueadas, pero no se rinden.
Grupos comando comenzaron este martes el asalto final a la planta metalúrgica Azovstal,en la ciudad de Mariupol, informó el portavoz de las milicias de la República Popular de Donetsk, Eduard Basurin.
El ministerio ruso de Defensa aseguró que las tropas ucranianas, que están rodeadas y completamente bloqueadas en ese predio, tuvieron la posibilidad de entregar las armas y rendirse, conservando de esa manera sus vidas, pero se negaron a hacerlo.
“Que yo sepa, ya comenzó su trabajo una parte de los grupos de asalto, que fueron seleccionados específicamente para atacar este objetivo”, informó Basurin al canal de televisión Rossiya 24.
Por su parte, el jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa ruso, Mijaíl Mízintsev, declaró que los militares rusos llamaron “reiteradamente” a los efectivos ucranianos y a los mercenarias extranjeros a deponer las armas.
“Las Fuerzas Armadas rusas, teniendo en cuenta la situación catastrófica en la planta metalúrgica de Azovstal, y guiadas por principios puramente humanos, una vez más llaman a los militantes de batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros a detener cualquier hostilidad y deponer las armas a las 12 hora de Moscú” (6 hora argentina), dijo Mízintsev, quien insistió en que a todos los que se rindan se les garantizará la vida.
Mízintsev agregó que la cartera de Defensa elaboró un algoritmo de rendición de las tropas enemigas según el cual a las 13 hora local se establecerá un canal de comunicación continuo entre las partes para el intercambio de información.
Media hora después, añadió, se declarará un régimen de silencio, cuyo inicio estará marcado por el izamiento de banderas rojas del lado ruso y blancas del lado ucraniano.
De las 14 a las 16, según lo previsto, las tropas ucranianas y los mercenarios extranjeros deberán entregar las armas y rendirse.
El domingo la misma fuente informó que unos 400 mercenarios extranjeros, en su mayoría europeos y de Canadá —que forman parte de las tropas ucranianas—, se encontraban bloqueados en Azovstal.
El pasado 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el lanzamiento de una “operación militar especial” en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como estados soberanos, necesitaban ayuda frente a la agresión cometida por parte de Kiev.
Uno de los objetivos de la operación, según Putin, era “la desmilitarización y la desnazificación” de Ucrania.
Según el Kremlin, los ataques no están dirigidos contra instalaciones civiles sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Desde el inicio de las hostilidades, unos 4,65 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos, a los que se suman unos siete millones de desplazados dentro de Ucrania, según la ONU.
Numerosos países condenaron la operación militar de Rusia y apoyan a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.