En distintas etapas fueron incautados más de 330 kilogramos de droga, informó el Servicio Federal de Seguridad ruso.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) y la Administración de Control de Drogas del Departamento de Justicia de EEUU (DEA) llevaron a cabo una gran operación para prevenir el contrabando de cocaína desde Sudamérica a Rusia y Europa.
Desde el FSB señalaron que al menos 330 kilógramos de droga fueron incautados en el marco de “la operación especial internacional de varias etapas”.
El valor de esa cantidad de estupefacientes en el mercado podría alcanzar los 13,5 millones de dólares, estimaron.
En la primera fase de la operación se detuvo en mayo pasado en San Petersburgo a un contrabandista que portaba un kilógramo de cocaína.
“En cooperación estrecha con los socios extranjeros, [los integrantes del FSB] identificaron a los miembros activos del grupo delictivo organizado, que eran ciudadanos de varios estados”, así como su participación en “operaciones ilegales” con drogas, señala un comunicado del FSB.
En junio último, unos miembros del grupo delictivo y uno de sus líderes fueron detenidos en Moscú y se les incautaron 34 kilos de cocaína, mientras que, en la etapa final, en noviembre, fue descubierto un escondite en la provincia de Moscú en el que se encontraron 295 kilos de cocaína.
Los implicados en las acciones delictivas permanecen detenidos y la investigación sigue en curso.
Antecedente. En febrero de 2018, casi 400 kilos de cocaína fueron incautados en la embajada de Rusia en Buenos Aires cuando un empleado se aprestaba a enviarlos por valija diplomática a Europa.
Fue el propio embajador ruso en Buenos Aires, Viktor Koronelli, quien en diciembre de 2016 dio aviso a las autoridades locales, alertado por la presencia durante meses de unos bultos sospechosos en la sede diplomática.
Cuando la Policía argentina abrió las valijas encontró la droga y fue el inicio de una investigación que duró más de un año y que tuvo ribetes cinematográficos.
La cocaína se cambió por harina, se colocaron rastreadores satelitales al cargamento y las fuerzas de seguridad de los dos países esperaron con paciencia a que los narcotraficantes cayeran en la trampa.
En diciembre de ese año el cargamento llegó finalmente a Moscú por correo diplomático y se detuvo a tres personas.