El autor de la masacre que causó al menos 50 muertos reinvindicó al presidente de Estados Unidos. El pedido de la primer ministro neozelandesa.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó la amenaza del supremacismo blanco después de la masacre en dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, en la que hoy murieron 50 personas y que provocó una ola de condena global.
Trump firmó su primer veto presidencial, con el que anuló el rechazo del Congreso a su declaración de emergencia nacional para avanzar en la construcción de un muro en la frontera con México.
Durante la firma, que se realizó en el Salón Oval de la Casa Blanca, un periodista le preguntó si consideraba al nacionalismo blanco una amenaza creciente.
“En realidad, no”, respondió Trump, quien ha sido acusado en numerosas ocasiones por sus críticos de racista y xenófobo. “Creo que es un pequeño grupo de personas que tienen problemas muy, muy graves, supongo. Si miras lo que sucedió en Nueva Zelanda, tal vez ese sea el caso. Todavía no sé lo suficiente… Pero ciertamente es algo terrible”, completó el mandatario.
The person who has committed this violent act has no place here. To those in Christchurch; I encourage you to stay inside and follow the instructions of @nzpolice. The Police Commissioner will be making a public statement at 5pm. I will update everyone again later this evening.
— Jacinda Ardern (@jacindaardern) 15 de marzo de 2019
Uno de los detenidos por el ataque, identificado como Brenton Tarrant, es un extremista australiano de 28 años que transmitió en directo 17 minutos del ataque a través de Facebook Live.
Su transmisión se extendió desde que llegó en auto a la mezquita de Al Noor hasta el momento de la masacre.
Tarrant está acusado de homicidio y el video de la transmisión se hizo viral, la policía de Nueva Zelanda pidió dejar de reproducir las imágenes y la primera ministra, Jacinda Ardern, hizo el mismo pedido.
Tras el atentado, Ardern le envió a los inmigrantes de Nueva Zelanda un mensaje que quedó en las antípodas del de Trump hacia los extranjeros en Estados Unidos. “Lo que ha ocurrido en Christchurch es un acto extraordinario de violencia sin precedentes”, afirmó.
“Muchos de los afectados serán miembros de nuestras comunidades migrantes; Nueva Zelanda es su hogar. Ellos son nosotros”, tuiteó Ardern.
Ardern dijo que le pidió a Trump que mostrara “empatía y amor” para todas las comunidades musulmanas cuando le preguntó qué podía hacer después de los ataques a la mezquita de Christchurch.
Trump restringió el ingreso de musulmanes a Estados Unidos a través del llamado “Veto musulmán”, una resolución que prohíbe el ingreso a la primera potencia global de ciudadanos de países de mayoría de esa religión.