Desde los primeros instantes en que comenzaron a circular este jueves los primeros rumores sobre el delicado estado de salud de la reina Isabel II de Inglaterra, decenas de personas comenzaron a congregarse frente al Palacio de Buckingham para hacerle llegar su apoyo.
Tras la confirmación de su muerte, a los 96 años y después de siete décadas de reinado, esas primeras decenas pasaron a ser cientos y con el correr de las horas miles de personas, las que aguardaron anoche en vigilia frente al emblemático edificio londinense que comience el largo proceso de las exequias.
Las inmediaciones de la residencia oficial de la monarca son ya de por sí un lugar habitualmente frecuentado por turistas, pero ayer se convirtió en el foco de todas las miradas desde los primeros instantes cuando se esperaba conocer la evolución del estado de salud de la reina, quien finalmente falleció a los 96 años de edad y tras 70 en el trono.
La lluvia sorprendió a los turistas y periodistas que se reunieron en la plaza, según apuntó la BBC, que recogió también declaraciones de algunos de los que llegaron hasta el lugar y que reconocen vivir la situación como un “shock” a pesar de lo previsible del desenlace por su avanzada edad.
El Palacio de Buckingham había informado a primera hora de este jueves sobre el empeoramiento del estado de salud de Isabel II, lo que derivó en numerosas reacciones por parte de las principales figuras políticas del país.
Por su parte, los familiares más directos de la reina, incluidos sus hijos y nietos, se desplazaron de urgencia hasta el castillo de Balmoral, en Escocia, donde estaba a residiendo, para acompañarla en sus últimas horas.
Su sucesor, Carlos III, dará hoy su primer discurso como demorado rey y recibirá a la flamante primera ministra, Liz Truss, que recibió la orden de formar gobierno el pasado martes de parte de la propia Isabel II en el último oficial de su reinado.
Los funerales de Estado de la reina deberán celebrarse dentro de los diez días de su muerte.
El ataúd saldrá del Palacio de Balmoral este viernes para ser llevado por ruta al Palacio de Holyroodhouse, que fue la principal residencia de los monarcas de Escocia desde el siglo XVI.
Se espera una procesión ceremonial desde allí hasta la Catedral de St Giles, en Edimburgo, capital de Escocia, para un servicio al que asistirán miembros de la familia real.
Después de ese servicio, la Catedral de St Giles se abrirá al público durante 24 horas, tras lo cual el ataúd sea trasladado a Londres.
Este sábado, Carlos III reunirá en el Palacio St. James -cercano al de Buckingham- al Consejo de adhesión (The Accession Council), que incluye a figuras relevantes del gobierno, los Consejeros Privados, Grandes Oficiales del Estado, el Alcalde y el Partido Cívico de la Ciudad, los Altos Comisionados del Reino, para su proclamación, que se leerá en público desde un balcón del palacio.
El domingo el nuevo rey iniciará una gira por el Reino Unido: visitará Irlanda del Norte, donde recibirá un mensaje de condolencias en el Castillo de Hillsborough, y asistirá a la Catedral de Santa Ana en Belfast para un servicio de oración y reflexión sobre la larga vida de la Isabel II.
Habrá ensayos de la procesión que se realizara en los funerales de la reina desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster Hall, a través de The Mall, lo que se conoce como “Operación León”.