Apostado en la Cámara de Diputados, Sergio Massa permanece a la espera de que maduren las conversaciones que mantiene con el presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Kirchner para avanzar con cambios en el Gabinete y recrear las expectativas perdidas en la gestión del Frente de Todos. Si hace veinte días reclamaba el control de la botonera de la economía, ahora pretende contar con plena autonomía a la hora de asumir las riendas de la administración en una jefatura de Gabinete.
En un escenario dominado por la incertidumbre económica, Massa ya no pulsea por el cargo que ocupa la ministra Silvina Batakis, pero sigue con especial atención el desempeño del Banco Central comandado por Miguel Pesce, un amigo personal del Presidente.
Sus diferencias de criterio con la autoridad monetaria serían, precisamente, una de las trabas para su ingreso al Gabinete. Aunque en el oficialismo están pendientes de la suerte que pueda correr Pesce tras el lanzamiento del “dólar soja”, que fue recibido con frialdad por las organizaciones agropecuarias.
En la “mesa de los tres”, que se reunió al menos dos veces en Olivos, Massa sostuvo que la llegada de Batakis al ministerio de Economía no alcanzaba para relanzar el Gobierno. Y pese a que no dio señales públicas al respecto, el Presidente comenzó a analizar otros cambios en su elenco de colaboradores que ahora sí incluirían el desembarco del titular de la Cámara baja al frente del gabinete, según deslizó un referente del riñón del “albertismo” que acompañó a Fernández al acto que encabezó este martes en Chapadmalal.