La vicepresidenta Cristina Kirchner declaró que “nunca” vio el arma que un hombre gatilló dos veces a treinta centímetros de su cabeza en la noche del jueves, cuando regresaba a su departamento en el barrio porteño de Recoleta.
Lo hizo ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo, que acudieron a su casa para tomarle declaración en el marco de la causa en la que ya imputaron al ciudadano argentino-brasileño Fernando Sabag Montiel, que fue declarado “sano mentalmente” por los peritos, por “homicidio calificado en grado de tentativa”.
En las imágenes registradas en vivo anteayer se ve que CFK se detiene unos segundos frente al agresor, que tras gatillar dos veces, es maniatado por un militante y un custodio, tras lo cual lo tiran al suelo. La exmandataria luego sigue su camino con tranquilidad e ingresa finalmente al edificio donde vive.
Más temprano, la magistrada había visitado el lugar mientras la Policía Federal, a cargo de la custodia de la titular del Senado, informaba que creó un “equipo interdisciplinario” con todas sus dependencias para ponerse a disposición del tribunal.
“Ante los acontecimientos de público conocimiento y de suma gravedad, en los cuales resultara víctima la Sra. Vicepresidenta de la Nación, Dra. Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, desde el primer momento de acaecidos los hechos se conformó un equipo interdisciplinario, a entera disposición de la Justicia Federal, conducido por la titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Federal N° 5 e integrado por el Ministerio Público Fiscal y todas las Dependencias de la Policía Federal Argentina”, informó la fuerza en un comunicado.
Este mismo viernes, en declaraciones televisivas, la pareja de Sabag Montiel y un amigo negaron que pertenezcan a una organización terrorista y que el atacante, que trabaja con ellos en un emprendimiento de venta de copos de algodón azucarado, haya planificado el ataque.
Y el imputado se negó a declarar ante la magistrada, que fue a tomarle indagatoria a la sede de la Policía Federal en Cavia y Libertador.