El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó “de la manera más clara y enérgica esta movilización de carácter fascista y golpista que ha amenazado los tres poderes del Estado en Brasil” y que “no constituye un hecho aislado” en la región.
“Brasil tiene un compromiso firme con la democracia y el estado de derecho y rechaza cualquier forma de extremismo antidemocrático y de violencia política”, afirmó por su parte el embajador de ese país en el foro con sede en Washington, Otávio Brandelli, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, su órgano ejecutivo, celebrada este miércoles.
El domingo una turba de seguidores del expresidente brasileño de ultraderecha Jair Bolsonaro irrumpió en las sedes del Congreso, de la Presidencia y de la Corte Suprema, donde cometieron actos vandálicos.
Los responsables de estas acciones violentas “serán identificados y tratados con el rigor de la ley, dentro del debido proceso legal”, añadió el embajador, pero ya más de 1.400 bolsonaristas están detenidos acusados de “actos de terrorismo”.
El Estado y sus instituciones democráticas “darán respuestas a la altura de la gravedad de los crímenes cometidos”, aseguró Brandelli, quien insistió en que su país celebró elecciones “libres y democráticas” que merecieron elogios de la comunidad internacional.
El flamante presidente Luiz Inácio Lula da Silva le ganó por estrecho margen a Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones, el pasado 30 de octubre, quien el 30 de diciembre que fue a Florida (EEUU) y no le entregó los atributos del mando por aún no reconoce la derrota.
La investidura, el 1° de enero, fue una celebración de la democracia, dijo el embajador, con la presencia de más de 60 delegaciones internacionales, y representó un “reconocimiento de la solidez de las instituciones democráticas brasileñas”.
El embajador hondureño, Carlos Quesada, advirtió que “algo que sucede hoy en Brasil no sabemos dónde se va a replicar” porque “esto ya se está convirtiendo en una mala costumbre”, y llamó a los mandatarios de la región a trasladarse a Brasil si fuera necesario “para defender la democracia”.
Surinam propuso que la OEA siga monitoreando la situación poselectoral y algunos países como Colombia y Argentina llamaron a la organización a innovar y hacer una reflexión interna “si quiere seguir vigente”.