Terragno: “Con consensos podríamos ocupar un lugar diferente en el mundo”

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Fue jefe de Gabinete del Gobierno de la Alianza durante 300 días. Estuvo cerca de Antonio Cafiero, de Raúl Alfonsín. Era peronista para los radicales y radical para los peronistas. Su ubicuidad le permitió asesorar e influir en distintas gestiones, pero aunque dice que su tiempo pasó, no descarta ser Presidente algún día. Algún consejo para Cristina.

Por Daniel Casas

Rodolfo Terragno es un dirigente multifacético e inquieto. Abogado, periodista, historiador y escritor, lanzó hace más de un año su \”Proyecto Bicentenario del 2010 al 2016\”, un ambicioso plan para el crecimiento y el desarrollo del país que necesita del consenso de actores políticos, sindicales y económicos. Por ahora ha conseguido interesar a dirigentes opositores como Eduardo Duhalde y la cúpula del radicalismo, pero no al Gobierno ni al sindicalismo. En esta entrevista con Gaceta Mercantil.com analiza su proyecto y, aunque cree que su tiempo ya pasó, asegura que aún no archivó sus aspiraciones presidenciales.

 ¿Como ve la situación en el gobierno tras la muerte del ex presidente Kirchner?

Es difícil prever, depende de muchos actores. Kirchner no era Perón, de ninguna manera, y Cristina Fernández no es Isabel. Esto es: ni hay vacío político ni hay la incompetencia para gobernar de Isabel. En lo inmediato, diría que así como la muerte de Raúl Alfonsín sirvió para que se reconocieran sus méritos, y en cierta forma puso a Ricardo Alfonsín en el centro de la escena en la UCR, la muerte de Kirchner puede hacer que Cristina reciba el apoyo de gente que hasta ahora no tenía. Ahora, saber si eso se va a mantener hasta las elecciones es difícil.

¿Cree que podría ir a una reelección?

Aún con la conmoción y la empatía que pueda despertar la muerte de Néstor Kirchner, hoy por hoy sería difícil para Cristina lograra el porcentaje necesario para ganar en primera vuelta. Y en una segunda vuelta, que es una polarización forzada entre ella y otro, ese otro tiene muchas posibilidades. Si ahora realizara una búsqueda de diálogo, probablemente la figura de la Presidenta y sus chances electorales mejorarían mucho. Si se mantiene esta situación, podría llevar a un balotaje donde no tiene garantías.

¿Dependería también de quién sea el otro?

No necesariamente. Si hay una polarización real, toda la gente que vive la política emocionalmente y está en contra de este Gobierno, está dispuesta a votar por cualquiera con tal de hacer un cambio. Si uno piensa en los candidatos a presidente que están en condiciones de llegar a la segunda vuelta, me parece que la Presidenta no la tendría fácil.

En junio de 2009 presentó \”Proyecto del Bicentenario del 2010 al 2016\”, un plan de gobierno que requiere del acuerdo de las fuerzas políticas ¿Es posible en este momento?

Si no fuera posible al menos llevarlo adelante por los procedimientos que determinen un consenso, marcharíamos hacia una nueva frustración.

¿En qué consiste el Plan?

Se basa en una proyección: si la Argentina creciera a un 6 por ciento anual durante 14 años, y el país nunca creció durante un periodo tan largo a una tasa tan alta, tendríamos en el 2024 el PBI que Croacia tiene hoy. Esto a mucha gente le puede causar una depresión, pero a mí me parece que uno tiene que saber en qué punto está para medir el esfuerzo que tiene que hacer.

¿Y cuál es el tenor de ese esfuerzo?

Crecer a un 6 por ciento anual demanda una inversión de 30 puntos del PIB; requiere inversiones en áreas como energía e infraestructura que no soportarían como están hoy un crecimiento de esa magnitud. Requiere inversiones millonarias que en esas áreas no se recuperan si no después de 9, 10, 11 años… Entonces, crecer rápidamente requiere de consensos que traspasen varios gobiernos y que en cada caso cuenten con la aprobación de los opositores, o de gran parte. Y eso que vale para la economía, vale para otras áreas también.

¿Por ejemplo?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mide cada dos años los conocimientos de alumnos de 15 años sobre matemáticas, ciencia y lenguaje. Entre los 57 países de desarrollo medio y alto que evalúa la OCDE, Argentina está en el puesto 52. En distribución del ingreso las Naciones Unidas miden las diferencias entre el decil que más gana y el decil que menos gana, diferencia que es 9 en Francia, 16 en Estados Unidos y 40 en Argentina. Pero para mejorar la educación y reducir la brecha social hace falta tiempo, gobernabilidad, vigencia de las instituciones, acuerdos mínimos, poner algunas cosas fuera de la competencia electoral y parlamentaria.

¿ Que pasó cuando confrontó este plan con la dirigencia?

Elaboré un preacuerdo, un compromiso de búsqueda de diálogo y consenso tanto se esté en el gobierno como en la oposición, de respeto a las instituciones y un estatuto de las inversiones con una cláusula que no ampara actos de corrupción. Ese documento preliminar está firmado por Ernesto Sanz, Gerardo Morales, Oscar Aguad, Ricardo Alfonsín y, en representación del cobismo, Daniel Katz; también por Margarita Stolbizer, Mauricio Macri, Gabriela Michetti, Hermes Binner, Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Eduardo Amadeo, Ramón Puerta, y por la Coalición Cívica firmó María Eugenia Estenssoro.

Nadie del Gobierno.

Bueno, hace varios meses le hice una presentación por escrito a la Presidenta y tuvo la gentileza de hacerme convocar a las 48 horas por el ministro del Interior. Tuve una reunión con (Florencio) Randazzo en Casa de Gobierno. Me dijo que se lo iba a dar a la Presidenta y que le iba a dar una copia también al ex presidente Kirchner… y no he vuelto a tener contacto.

¿Qué pasa con este plan, que tiene una cantidad de ítems que van desde la energía al medio ambiente, cuando se lo confronta con los intereses, con las corporaciones, con los sindicatos?

En el plano político ayudó mucho la fuerza que nos proporcionó Eduardo Duhalde. Un plan lanzado por mí, en momentos en los cuales yo no soy protagonista de la política, podría haber tenido esas características que insinúa, intelectual, bien pensante… Lo hemos expuesto con Duhalde en el Coloquio de IDEA. También, junto con Daniel Filmus, en el Consejo de las Américas, en Nueva York, y ante cuanta cámara u organización empresarial y de la sociedad civil haya.

¿Ante los sindicatos?

Primero hay que lograr cierto frente común en el ámbito de la política para sentarse a hablar con el sector sindical. Sería ingenuo que me sentara ahora a negociar un acuerdo de esta naturaleza con (Hugo) Moyano, que tiene una fuerza y un peso propio que a veces es hasta un problema hasta para el mismo oficialismo.

El Plan implica transparentar la política.

El modo de terminar con la financiación espuria, entendiendo por tal la que se hace usando los recursos del Estado o por debajo de la mesa con sectores empresarios, no es controlar los gastos. Eso se puede eludir fácilmente. La manera de terminar con esto sería limitar las campañas a 60 días, poner penas estrictas y multas altas para quien las viole, prohibir la propaganda paga por televisión. Es muy difícil que la política sea respetada si la gente no ve estas transformaciones.

Decía que esto es inviable sin una parte del peronismo, pero el grueso del PJ, el que aglutinaba Kirchner, está afuera.

Yo no puedo meterme en una interna ajena y evaluar quién tiene mayor posibilidad. Mi idea es trabajar con todos. Pero no es solo el gobierno el que está reticente, he tenido una larga conversación con Pino solanas y no creo que firme. Estenssoro firmó el preacuerdo, pero (Elisa) Carrió tiene resistencias. Uno tiene que crear una masa crítica primero y luego hacer todos los esfuerzos posibles para que no piensen que esto es un frente opositor o un proyecto electoral.

Ni que es un acuerdo cerrado, porque también se podrá discutir la letra.

Sí, claro, así lo concibo yo. Por supuesto, no soy cándido. Sé que es difícil convencer a todos y también que muchos pueden firmarlo porque sería políticamente incorrecto oponerse, pero eso no significa que lo incorporen. Por eso hay hacer un acto publico donde se asuma un compromiso con la sociedad.

Hace algo más de una década tenía públicas aspiraciones presidenciales, ¿hoy se imagina conduciendo el país?

Sí, me imagino conduciendo el país, aunque puede traicionarme un exceso de confianza. Creo que sabría hacerlo, incluso mucho mejor que todos los presidenciables que hay hoy. Pero mi tiempo, si es que lo tuve, pasó. Ahora, si por una circunstancia imprevisible se diera la ocasión por supuesto que lo intentaría. Es brutal decirlo así, pero es lo que pienso.

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